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Mallorca, a vista de dron

Estos aparatos permiten la obtención de imágenes de gran belleza con las que se promociona la Isla

Un dron de Xim Enseñat, junto al faro de Portocolom.

| Palma |

El mundo de la fotografía ha experimentado un cambio radical en los últimos 20 años con la explosión de la era digital y este ‘boom' se ha visto acrecentado aun más con la irrupción de los drones: esos aparatos que al principio parecían destinados al ocio, pero que se han convertido en instrumentos muy útiles de trabajo desde que se les añadió cámaras. El mundo de la publicidad en general y el de la promoción de Mallorca en particular son los que más provecho están sacando a estos avances tecnológicos.

Drone Service 360 fue una empresa pionera en cuanto a autorizaciones al ser la primera de Baleares en poder volar en CTR (espacio aéreo controlado) y también la primera en poder sobrevolar suelo urbano. Esto hizo que lograran imágenes que hasta la fecha eran casi imposibles de obtener. «Hemos realizado algún proyecto muy innovador para la Autoridad Portuaria de Baleares, también para instituciones como el Consell de Mallorca y ayuntamientos», explica Xim Enseñat, responsable de la empresa.

Protagonistas. De izquierda a derecha, Jordi Company, Xim Enseñat y Nando Esteva, que llevan varios años dedicándose de forma profesional a realizar trabajos con drones con resultados tan espectaculares como el de las fotografías que ilustran este reportaje. Abajo, imagen tomada por Nando Esteva de Finca Serena, en Montuïri.

Mallorca está siendo un gran plató cinematográfico y series y algunas de sus imágenes están tomadas con drones. «Este mes y el que viene por ejemplo, tenemos varias producciones para Netflix. También cubrimos vídeos corporativos, eventos, agencias inmobiliarias...».

Directa o indirectamente gran parte de estos trabajos muestran imágenes espectaculares de la Isla que no hacen más que acrecentar su belleza. Dron Company, la empresa de Jordi Company, ha trabajado para los mejores yates de Baleares y por lo tanto del mundo. «Son yates privados de 90 metros por ejemplo el Boadicea. También hemos trabajado con las mejores villas de las Baleares y en bodas de famosos como uno de los fundadores de Facebook. También en programas como Master Chef».

Cambios

A pesar de la juventud de estos aparatos, la evolución es constante. «Cada año hay drones nuevos, nuevas técnicas de vuelo y de editar. Ahora mismo el vuelo FPV está pegando mucho en la industria y es una rama de los drones que hay que tocar», explica Company. FPV son las siglas en inglés de First Person View, que significa volar desde la perspectiva del aparato en vez desde la posición del piloto en tierra.

El fotógrafo Nando Esteva cuenta con la licencia de piloto de drones y operador de vuelos. «Las ventajas son muchas. Poner ojos en el cielo es increíble. Años atrás tenía que contratar servicios de helicóptero para mis clientes y tanto el coste como las limitaciones de poder conseguir las imágenes deseadas eran importantes. En cuanto a las desventajas la principal es no poder volar donde uno quiere ya que existe un reglamento muy serio a tener en cuenta». Esteva ha realizado sus trabajos más destacados fuera de España.

«Parte de mi producción la realizo en América y he tenido la suerte de grabar vídeo y fotografiar lugares recónditos». Esteva explica que en el Caribe no tiene tantas interferencias en todos los sentidos. «Hace pocas fechas llegué de rodar un cortometraje en República Dominicana y el uso del dron es muy notorio». Esteva también destaca los cambios que ha habido en el campo de la seguridad. «Ha evolucionado muchísimo. Hoy en día es muy complicado estrellar tu dron, muy mal tienes que hacerlo».

Una legislación muy estricta

Los protagonistas del reportaje coinciden en señalar la rigidez de la legislación para poder desarrollar su trabajo. «Para nosotros ha sido muy complicado y nos ha llevado mucho tiempo y trabajo que nuestra operadora consiga las autorizaciones para volar en espacio aéreo controlado y en suelo urbano. Y una vez conseguido esto, cada vuelo que tenemos que hacer en estas zonas tan complicadas, necesitamos unas autorizaciones para ese vuelo, coordinaciones con aeropuertos, etc.», explica Xim Enseñat. Y Jordi Company añade que hay otra dificultad añadida que es el intrusismo. «A veces el cliente quiere el trabajo para ya, pero los permisos cuestan tiempo, y siempre encuentran a alguien con un dron que se arriesga».

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