El alto coste del alquiler, recurrentes conflictos con algunos vecinos de la finca y la previsión de que la calle Baró Santa Maria del Sepulcre se convierta en zona Acire han sido los motivos que han empujado a Marita Baró y Lorena López a traspasar su querido Café Baró.
«Nos da muchísima pena. Es un bar muy familiar y durante más de una década hemos visto las mismas caras; con el tiempo hemos creado una gran familia. Es un momento emotivo, pero creo que los cambios son necesarios y estamos ilusionadas con el nuevo proyecto», declaró Marita Baró, que en 2012 tomó el testigo de su hermano, quien en 2002 abrió el bar en un local que llevaba activo desde la década de los 70.
El traspaso es inminente, está anunciado y ya han recibido visitas de personas interesadas en el local. A partir del día 15, los clientes del Baró podrán encontrar a sus restauradoras de confianza en el Polígono de Son Castelló, en el nuevo bar y restaurante El Reto, donde seguirán con su oferta de comida tradicional mallorquina, que siempre ha sido su insignia.