Son las siete de la mañana y Rosana Curto, (Madrid 1945) se prepara para pasear a su perro, desayunar unas tostadas e ir al gimnasio. Una sana costumbre que la mantiene en muy buena forma a sus 76 años de edad. «Muchas amigas me preguntan cuál es mi secreto. Se quedan alucinadas, y yo también al conocer que tienen mi misma edad», sonríe. «En serio, supongo que es la aptitud». Quienes la conocen destacan su humor y gran vitalidad. Rosana trabajó en Iberia, en el departamento de administración, y se casó con un piloto de Spantax, destinado a Mallorca en 1973, lo que llevó a la pareja a instalar su residencia en Palma. «Pasábamos seis meses en la Isla y seis meses en Madrid».
Mujer activa y constante, llega puntual a la clase de spinning. «Me hice socia del gimnasio Profitness desde que abrieron, antes fui al Judo Club Palma, al gimnasio del colegio Sant Francesc y al Olimpic, y suelo estar alrededor de dos horas, entre clases de spinning, body pump, 360 y yoga. Me gustan las actividades fuertes. Ah! Y tengo mi preparador físico, JC Inserte, que es maravilloso».
Después de hacer deporte, Rosana disfruta en alguna terraza, con alguna amiga, de ‘la hora del ángelus', como ella la llama. «A las doce suelo tomarme una cerveza bien fresca o una copa de Rivera del Duero. Incluso cuando salgo de excursión llevo una botella de buen vino». Operada de cáncer de mama –hace ocho años–, del menisco, –una lesión que se hizo bajando una montaña–, y de una fisura de rótula –por una caída en un descenso–, Rosana confiesa que «también tengo mis achaques.
Durante el confinamiento pasé la covid y estuve ingresada en un hospital de Madrid, pero incluso allí me ponía a hacer ejercicio. Hay que tener fuerza de voluntad y eso es muy importante». Entre sus grandes pasiones destaca el senderismo, tanto en familia como con un grupo de amigos. «Salgo con el grupo de excursionismo Els xots y también con mis hijas o nietos, a los que animo a salir a caminar o a escuchar ópera, y aunque lo hacen a regañadientes, yo pienso que algo se les quedará».
La escalada y el descenso de barrancos son otras de las actividades al aire libre que practica Rosana. «Como me preguntabas al principio, mi secreto supongo que estará en los genes, la suerte y la aptitud. Creo que pensar en positivo ayuda. Me gusta relacionarme con la gente. Mi madre era como yo, a los 90 años de edad hacía gimnasia». Respecto a la alimentación, Rosana destaca: «Nada de frituras ni grasa. El dulce no me gusta y el vino me encanta».