Un móvil es, a día de hoy, el lugar donde recopilamos todos nuestros datos: nuestras conversaciones personales y laborales, la cuenta del banco, fotografías con amigos, la lista de la compra, etc. Cada uno emplea su dispositivo para diferentes actividades, pero, quien más, quien menos, almacena cierta información que no comparte con sus conocidos (al menos voluntariamente).
Sin embargo, existen virus informáticos conocidos como stalkerware, que están destinados al espionaje al smartphone de una persona. Este virus consiste en un código malicioso que la gente utiliza para vigilar el móvil de sus parejas, el de sus empleados o el de sus hijos.
Según un estudio desarrollado por la empresa de ciberseguridad Kaspersky, España es el quinto país europeo en el que más se utiliza este tipo de virus. Solamente superado por Alemania, Italia, Reino Unido y Francia. En el análisis de Kaspersky señalan que 53.870 usuarios fueron víctima de este virus en 2020.
Esta cifra es inferior a la que hubo en 2019, sin embargo, la compañía asegura que esto se debe a la pandemia de la covid-19, ya que el empleo del código estaba subiendo hasta que llegó marzo y los confinamientos.
Este producto es cada vez más popular y supone un riesgo real a la privacidad de los que sufren sus daños. Dani Creus, jefe de investigación de Kaspersky, ha explicado para ABC que “normalmente se presenta a través de aplicaciones para realizar control parental”.
No obstante, Creus comenta que “en la práctica se trata de un código malicioso que se puede utilizar para espiar a cualquier persona”. Lo únicamente necesario es tener acceso al dispositivo de la víctima para “descargar una aplicación que lo contenga”.
El stalkerware se puede descargar en cualquier sistema operativo, pero normalmente los dispositivos Android son los más damnificados. A pesar de que Play Store, la tienda de aplicaciones oficial de estos móviles, prohibiesen la comercialización de apps con este código en 2020, en los navegadores hay páginas donde se pueden descargar las apk.
“En internet hay muchas páginas en las que se oferta haciéndose pasar por soluciones para el control parental. En muchos casos, el propio desarrollador te envía unas instrucciones con los pasos que debes seguir para instalarlo”, indica Creus. En muchos países es ilegal usar estas aplicaciones, o cualquier otra herramienta que registre la actividad de un individuo, sin el consentimiento de este o de la autoridad jurídica.
Para intentar evitar el riesgo de ser espiado, existen una serie de precauciones. Una de ellas es implantar claves de autenticación fuertes para evitar que alguien pueda tener acceso a tu móvil e instalar el software. Asimismo, en caso de compartir el dispositivo con alguien, se deberá prestar atención a lo que hace con él.