La era de Internet y las nuevas tecnologías, enemiga de cuanto dejamos atrás, nos ha legado un mantra: ‘El pasado ha pasado, vive el presente'. Como eslogan, luce genial en el rótulo de la consulta de un psicoanalista. Pero conviene recordar que no son pocos quienes, de tanto en cuando, se dan un garbeo por ese confortable, seguro y en ocasiones alocado barrio que es el pasado. Porque su presente apesta, o porque –con o sin razón– cualquier tiempo pasado fue mejor. El caso es que la nostalgia es mucho más edificante de lo que la gente cree. ¿Acaso Justin Bieber es mejor que los Beatles?, ¿o el MP3 suena mejor que el vinilo? Ya ven que en ocasiones el pasado supera al presente.
Pero, ¿qué sucede cuando el presente se inspira en el pasado para proyectarse al futuro? Pues que surgen iniciativas como Loco Wheels, un proyecto en manos de Daniel Gloaguen y Tomàs Galmés, consagrado a su pasión en común: las scooters de corte clásico. Muchas viejas Vespa y Lambretta, fabricadas entre los 40 y los 70, acumulan polvo en húmedos garajes evocando aquel tango en el que Gardel apelaba al ‘orgullo de haber sido y el dolor de ya no ser'. Pero Daniel y Tomàs, relaciones públicas y mecánico respectivamente, han restañado sus heridas de guerra y las han devuelto al asfalto. Con una amplia gama de scooters clásicos, Loco Wheels ofrece rutas que perfilan los contornos más atractivos de Mallorca.
Rutas
«En verano nos gusta ir por la carretera de Banyalbufar y bañarnos en la cala de Estellencs, comemos en Andratx y volvemos a Palma. En invierno preferimos ir por el centro de la Isla, porque están los campos preciosos y los turistas flipan. Lo importante es enseñar la Isla desde otro ángulo», explica Daniel, que asegura que «nunca hacemos dos vueltas iguales, salvo las de la Tramuntana». Él y su socio ejercen de guías, aunque «Tomàs abre el grupo porque tiene un sentido excepcional de la orientación, y yo lo cierro».
Influencias
«Nuestras influencias culturales nos han llevado hasta aquí», resume Tomàs. Con este punto de partida, enmarcado en un contexto en el que «necesitábamos cambiar de trabajo», nace Loco Wheels, añade Daniel, quien, con una larga experiencia en turismo, no dudó un segundo en «tirarme a la piscina».
El perfil de su clientela lo forman «ingleses y alemanes de cincuenta años, con buena posición y muy fanáticos de las Lambretta. Y hay quien ha repetido hasta en cinco ocasiones», desliza Daniel. Aunque también está «el turista clásico que viene simplemente para alquilar una scooter con estética vintage», añade Tomàs. La experiencia, aseguran, es «increíble», hasta el punto de que hay quien «se ha comprado una Lambretta después de hacer la ruta».
Un sueño nacido en la gran pantalla
A Daniel Gloaguen, cincuenta por ciento de Loco Wheels, su pasión por las scooters le llegó por la vía cinematográfica, «con nueve años ví Quadrophenia y me quedé fascinado, a partir de ahí me fui metiendo en la escena mod y cuado tuve edad de comprarme un vehículo tuve claro que tenía que ser una Lambretta», afirma con decisión.