Aprimera hora del sábado pasado, 27 familias, bien ataviadas para pasar todo el fin de semana, cargadas de mochilas y maletas de viaje, cruzaban la Plaça dels Peregrins de Lluc. El santuario hospedó el pasado fin de semana a las primeras 60 personas que disfrutaron del programa ‘Estades a la Serra', impulsado por el Consell de Mallorca y enmarcado en el programa ‘Esport per a tothom', que pretende fomentar el ejercicio físico en el ámbito familiar y al aire libre.
«En este programa familiar se enfatiza el binomio ‘deporte y naturaleza'. Los padres son un referente para sus hijos: si ellos hacen deporte es muy probable que sus hijos, desde muy pequeños, también lo practiquen, y desarrollar estas actividades deportivas en Lluc nos permite disfrutar del emblemático marco de la Serra de Tramuntana», señala la directora d'Esports del Consell de Mallorca, Margalida Portells.
El programa se ideó como «una degustación de actividades», en el que los participantes tuviesen la oportunidad de probar nuevas modalidades deportivas, por lo que el nivel de dificultad se adecuaba al grupo en cuestión: nordic-walking, senderismo, pilates o salidas en mountain-bike eran algunas de las opciones disponibles. Tras escoger en qué actividades participar, las familias recibieron las llaves de las celdas, a donde se dirigieron con premura para librarse de la engorrosa carga que arrastraban.
Más ligeros y preparados, a las 10.30 horas comenzaron las actividades. Los asistentes se dividieron en grupos de un máximo de 10 personas, con un monitor por grupo, y emprendieron la marcha en distintas direcciones: a pie, en bicicleta y con bastones.
Mientras tanto, la mayoría de los niños, de entre 3 y 12 años, se fueron de excursión. Tras visitar al burro Tomeu, un simpático équido que permite que los pequeños lo rebauticen cada semana, y cruzar el campo de fútbol de Lluc, predilecto espacio de juego de tantas generaciones de mallorquines, se adentraron en la Serra de Tramuntana. Tras superar una pronunciada cuesta, todo un reto para los benjamines del grupo, llegaron a es Camell. La curiosa formación rocosa llamó la atención de los pequeños durante un breve instante; una vez avistado el dromedario en la piedra, resultaba más entretenido encaramarse a los árboles y descubrir el monte.
Reponer fuerzas
Finalizadas las actividades matinales, y reunidos frente a la fachada del santuario, llegó la hora de reponer fuerzas con un buen almuerzo. Tras una fugaz visita a sus habitaciones, las familias bajaron a sa Fonda de Lluc, el restaurante que se encuentra en el interior del edificio, donde disfrutaron de un sabroso menú, compuesto por un primer plato de lentejas y un segundo de aguiat de pilotes. Una comida nutritiva y regeneradora que dio paso al descanso. Algo somnolientas, las familias visitaron de nuevo sus celdas para recuperarse por completo antes de continuar con el programa deportivo.
Por la tarde prosiguieron las actividades, que finalizaron a las 17.30 horas. Después de cenar, las familias se fueron a descansar, pues este tan solo era el primer día de su estancia. Para pasar la mañana del domingo, los participantes podían escoger entre una gymkhana o una mañana de senderismo con la excursión ses Voltes d'en Galileu. De nuevo comieron en sa Fonda y, por la tarde, se despidieron. El próximo fin de semana finalizará el programa en Lluc y, a partir de entonces, comenzarán las estancias familiares en hoteles de distintos enclaves de la Isla.