Bartomeu Bestard, el cronista de Palma desde 2002, cuenta que «en Palma, esta fiesta es conocida como Ses Beneïdes de Sant Antoni, y siempre se ha articulado alrededor del que fue el antiguo convento-hospital de Sant Antoni de Viana, conocido popularmente como el convento de Sant Antoniet, en la calle de Sant Miquel.
Durante siglos, en la fiesta los jinetes más jóvenes, muchos de ellos disfrazados de forma grotesca, montaban algaradas por las calles de la zona. Oficialmente la fiesta se iniciaba por la mañana con una misa en el convento».
Así se lee en el muro de Facebook de Fotos Antiguas de Mallorca, que incluye textos e imágenes desde principios del siglo XX. Así, se cuenta que «posteriormente, un sacerdote vestido con roquete y estola salía a la calle y se situaba tras una mesita sobre la cual había un pequeño cubo con agua bendita y una bacineta para recoger las limosnas.
A Sant Miquel acudían, uno tras otro, los caballos, mulos y asnos con las crines y colas bellamente ornamentadas con cintas de mil colores. Los équidos eran montados por los propios propietarios o por los criados. Uno a uno iban parando delante del sacerdote, el cual rezaba una breve oración en latín, luego mojaba el aspersorio en el agua bendita y les iba salpicando. Después, el jinete solía depositar una limosna en la bacineta y continuaba el recorrido por la calle Sant Miquel hacia la calle Oms».