Isabel II, reina de Inglaterra, se enfrenta a un nuevo quebradero de cabeza. Esta vez tiene que ver con uno de sus primos, Simon Bowes-Lyon, acusado de agredir sexualmente a una de sus invitadas durante un acto celebrado en su castillo de Glamis, en Escocia, algo más de un año.
Según publica la prensa británica, el actual conde de Strathmore y Kinghorne, de 34 años, irrumpió en el dormitorio de una invitada mientras dormía.
Según el relato de los hechos, Simon, que habría ingerido «grandes cantidades de alcohol», agarró en repetidas ocasiones y durante aproximadamente 20 minutos a su víctima y le dijo que «quería tener una aventura con ella», según admitió él mismo a la fiscal general adjunta Lynne Mannion. Además, trató de levantarle el camisón, la empujó contra una pared y la tocó.
Afortunadamente, la víctima pudo zafarse y echarlo de la habitación para después enviar mensajes pidiendo ayuda a otros invitados. Tras ser rechazado, Simon le habría insultado, tildándola de «persona grosera, mala, mala y horrible».
Este desagradable episodio, un cargo por agredir sexualmente a la joven, hace que ahora Simon se enfrente a cinco años de cárcel por el delito.
Una sentencia que aún tardará en llegar porque se está a la espera de más informes del caso. Mientras, el aristócrata recibió ayer la libertad bajo fianza y fue incluido en el registro de delincuentes sexuales.