Solo en la plaza del Banc de s'Oli más de media tonelada de naranjas colgaban de los árboles ornamentales de la zona. Para no desaprovechar nada, la Associació de Veïnats de Canamunt-Ciutat Antiga ha decidido convertir su lugar de residencia en un ‘barrio comestible' y el pasado domingo recogieron 40 kilos de naranjas que se han transformado en seis kilos de mermelada.
Este dulce irá destinado a Suport Mutu Centre, una red de apoyo que se creó a raíz del confinamiento para ayudar a los vecinos para hacer recados o intercambio de favores pero que al final fue una pared de contención ante las necesidades derivadas de la pandemia.
Transformación
Cada sábado los vecinos recogen alimentos en el local de la asociación, en la calle Ferrerias número 9. La idea es que este ‘barrio comestible' se extienda y se cuenten con espacios comunitarios para sembrar.
«Queremos la transformación del barrio», cuenta Carmen Verdaguer, miembro de la asociación vecinal que arranca así con el proyecto BarriLab. «Llevamos a cabo un proyecto de autogestión sin necesidad de esperar a las administraciones. Llevamos a cabo proyectos pequeños que no requieren apenas presupuesto», añade Verdaguer. Como fue el caso de la recolección de estas naranjas, al alcance de los vecinos, que recogieron con permiso previo.
Otro de los proyectos que se va a poner en marcha dentro del BarriLab de Canamunt-Ciutat Antiga es ‘Urbanismo Táctico', que persigue la idea de recuperar el espacio público «inundado por el coche y la gentrificación». ‘Com estem?' será un «mapeo de la situación de los vecinos», cuenta Verdaguer, y con ‘Energía Solar' se impulsa la instalación de paneles solares comunitarios. Por último, ‘Les Places seran nostres' pretende «facilitar la celebración de eventos en espacios públicos».