Dani Martínez desveló en el programa El sentido de la birra con Ricardo Moya cuál ha sido el golpe más duro que ha recibido en su trayectoria profesional: su inesperado despido de la serie SMS: sin miedo a soñar, en la que fue sustituido por Raúl Peña para interpretar a uno de los protagonistas: Edu Sánchez Díaz.
El actor de 37 años recuerda su despedida de la ficción, que se emitió entre 2006 y 2007 en La Sexta, como «la hostia más dura de todas». «Globomedia me había seleccionado para un programa que se grabó en Argentina», avanzó en la entrevista, recordando así la llamada que después le hizo Luis San Narciso, director de casting de series como El barco o El internado: «Me llama y me dice que cuando volviera querían hacer una serie conmigo».
«Cuando vuelvo se monta la serie en la que estaban Mario Casas, Yon González, Amaia Salamanca, María Castro... yo era uno de los protagonistas junto a Amaia. Hago tres semanas o por ahí y algo no fue bien. Ellos siempre me dijeron que era una coproducción con Televisa y... claro, yo soy muy alto, mido 1,86 o por ahí... Amaia no es muy alta y decían que parecía que me iba a liar con la madre en vez de con la hija», dijo en el espacio que Ricardo Moya ofrece a través de YouTube.
Pero este no fue el único impedimento para su papel en la serie: «También decían que mi personaje llegaba a un colegio de pijos donde le hacían un poco bullying, le pegaban alguna vez... y que para pegar a un tío de 1,86 necesitaban a tíos de 2 metros... y dijeron que no les cuadraba para ese papel y que me iban a reemplazar».
La noticia no fue plato de buen gusto para Martínez, ahora presentador de El concurso del año. «Yo con 23 o 24 años, era el prota de una serie y de repente me voy a mi casa y piensas: 'Con lo que me ha costado llegar a esto, ¿cuándo voy a volver a ser yo el prota de otra serie si cuando lo he sido me han dicho que no?'. Todos los demás seguían, solo yo iba a causar baja».
«Lo que siempre cuento, que es gracioso, es que Mario Casas a Los hombres de Paco, Yon González a El internado, Amaia y María a Sin tetas no hay paraíso, la gran petada y yo en mi casa. Era duro porque te das cuenta que había sido una buena plataforma», apuntó el humorista, que recuerda aquel varapalo como una «anécdota», pues la misma productora le llamó para trabajar en Aida.
«Es donde digo yo que cuando la gente dice esas frases de 'todo pasa por algo'... no sé si creo en eso, pero en lo que hay que creer es que nadie es el puto amo porque te va todo bien y nadie es la gran mierda cuando te pasa una cosa de estas», valoró. Y, entre risas, zanjó: «Si me dices que no vas a hacer SMS por hacer Aida' te lo hubiera comprado en el momento».