Su espectacular belleza supera todas las fronteras. Esta mujer colombiana de 1.80 de estatura ha conquistado el mundo de las pasarelas y la moda internacional. Y también el corazón de un mallorquín, el abogado Antonio de Juan Brady. La top model Kathy Sánchez empezó su carrera a los 15 años desfilando para Loewe, Ágata Ruiz de la Prada y Carolina Herrera. Su espíritu aventurero la llevó al continente Asiático –China, Singapore, Malasia, Hong Kong– donde se estableció una larga temporada y trabajó para nombres tan reconocidos como Cartier, Miu Miu, Jenny Ji, Jimmy Choo y Louis Vuitton.
Después de recibir una oferta de trabajo para la agencia Elite Milano, decide radicarse en Europa. Participa en la semana de la moda de Milán, Paris, Londres y Alemania, y protagoniza campañas con grandes firmas.
En estos momentos pasa unos días en Mallorca en compañía de su novio. El éxito está en su perseverancia, disciplina y dedicación. Es soñadora, algo ingenua y muy carismática. Estudió negocios Internacionales en Berlín, país donde vive. Además, es fanática de los retos, por eso Kathy aprendió a hablar inglés, alemán y mandarín con fluidez.
¿Cómo recuerda sus inicios?
– Desde niña siempre me sentí atraída por la moda, las pasarelas, el glamour y las cámaras fotográficas. Recuerdo mi inicio en el mundo de la moda aún estando en el colegio. Empecé participando en concursos de belleza, gané la corona del certamen que realizaban los colegios de Medellín, y de ahí pasé a representar a Medellín en varios certámenes a nivel nacional, como Miss Mundo. Es justo en ese momento cuando me descubre Informa Models, una de las agencias de modelos más reconocida de Colombia. Todo fue muy rápido y coincidió con que se acercaba la semana de la moda en Medellin, Colombiamoda. Esa semana de la moda fue todo un éxito para mí, y los diseñadores estaban encantados. Uno de ellos era la marca española Loewe.
¿Podría dar un consejo a las niñas y adolescentes que sueñan con ser modelos?
– Ser modelo es el gran sueño de muchos chicos y chicas. Lo primero es amarse, aceptarse y cuidar de su cuerpo y mente. Que luchen incansables por realizarlo, que no se rindan ante ninguna adversidad. Que insistan también en cuidar tanto el cuerpo como el alma. El equilibrio de ambas probablemente definirá el éxito.
¿De cuál de sus trabajos se siente más orgullosa?
– Cada trabajo realizado en los diferentes mercados internacionales en los que he trabajado ha sido una experiencia única y gratificante. Si debo de resaltar alguno es el sueño cumplido de haber posado para la portada de Cosmopolitan Latinoamérica y la campaña para Cartier en China.
¿Cómo es un un día de su trabajo?
– Empieza muy temprano. Me encanta despertarme pronto para hacer mi rutina de ejercicio, luego sin falta me tomo el tiempo para disfrutar de un buen desayuno que me recargue de energía, y a trabajar. Por lo general las jornadas de shootings son extensas y agotadoras. Al llegar a la localización, ya está el estilista esperando para comenzar con mi maquillaje y peinado, mientras el fotógrafo acomoda el set y el diseñador organiza cuidadosamente cada outfit. Es indispensable un buen ambiente en el set. Yo me dejo llevar por el momento y por las recomendaciones del equipo para lograr transmitir, con cada movimiento y expresión, lo que el diseñador desea.
Esta carrera exige disciplina…
– Ser modelo no es nada sencillo, todos sabemos lo que significa el sacrificio de luchar por un sueño. Pienso que la clave está en trabajar teniendo siempre tu objetivo en mente, teniendo confianza en ti mismo, siendo auténtico, y con mucha disciplina.
Ha trabajado por todo el mundo, ¿qué particularidades tienen los mercados de Asia, Europa, América a la hora de trabajar?
– Cada uno de estos mercados y su forma de trabajar es diferente. En China, por ejemplo, en un mercado tan extenso y competitivo, te exigen mucho compromiso y cuidarte para no aumentar centímetros de tu contorno. Las jornadas tanto laborales como de castings son muy largas y agotadoras. Siempre debes estar disponible y si te niegas a un trabajo puedes llegar a perder tu contrato. En Latinoamérica te diviertes mientras trabajas, hay mucha complicidad entre las modelos, creas una relación increíble tanto con diseñadores como con productores, maquilladores y demás profesionales. Y Europa, donde están los mercados más importantes, los fotógrafos más reconocidos, las marcas más famosas y los grandes eventos de moda, te ofrece más oportunidades laborales, aunque con más agencias, lo cual crea una demanda mayor de modelos y unos protocolos muy estrictos en cuanto a altura y medidas. Sin duda alguna, es y siempre será el mejor lugar para incursionar en este glamuroso mundo de la moda.
¿Cómo y cuándo llegó a Mallorca? ¿Quién fue la persona que la trajo?
– A Mallorca llegué el verano pasado de la mano de unas amigas colombianas que estaban haciendo un tour por Europa. Nos encontramos en el mes de julio en Madrid, y hacía tanto calor, que decidimos tomar un avión a esta Isla, que desde hacía tanto queríamos conocer. Fue amor a primera vista. Por su belleza natural y diversidad en todos los sentidos. Montañas, escondites únicos y playas de aguas cristalinas, junto con su cultura, gastronomía y su gente, tan amable siempre y tan discreta, hacen de este especial lugar el auténtico paraíso. También encontré el amor, y hasta hoy.
¿Que la impulsó a estudiar una carrera, la de los negocios internacionales, tan distinta a la carrera de modelo?
– Mi familia, en especial mi madre, quien de forma incansable insistió siempre en que culminara mis estudios y los ampliara siempre en la medida de lo posible. Dentro de las posibilidades de cada uno, me parece vital estudiar una carrera que pueda brindar una perspectiva más amplia y ayudar a tener una visión más crítica del mundo que nos rodea. Hay que tener criterio propio y este nace del saber.