Javier Santos ha dedicado 30 años de su vida en demostrar vía judicial que su padre es Julio Iglesias.
Las numerosas negativas del cantante a realizarse la prueba y las constantes idas y venidas judiciales han hecho que a día de hoy no esté reconocido como su hijo de manera legal.
Javier Santos presentó una prueba de ADN donde se demostraba que eran familia. Sin embargo, la justicia la desestimó por haber recogido la muestra a través de un detective sin el consentimiento de su hermano, Julio José Iglesias.
Esta semana se conocía que una organización a favor de los derechos humanos va a llevar su caso ante la ONU, para que esta batalla legal pueda llegar a su fin.
«Hay muchas incongruencias en mi caso. La justicia española se niega a entrar al fondo de la cuestión. ¿Por qué la justicia se pone de parte del poderoso? Mi caso es particular, muy interesante. Creo que vamos a llegar a buen puerto, es cuestión de tiempo», confesó en Sábado Deluxe.
Aprovechó también para reconocer que el verdadero motivo por el que continúa esta lucha no es económico, sino personal. «Cuando ves que a tu madre la han tratado de mentirosa no hay mayor satisfacción para un ser humano que demostrar la verdad. Yo lo he conseguido», declaró.
En la actualidad, la vida del joven ha cambiado mucho, ya que recientemente ha sido padre. Este hecho también ha provocado mayor interés en él por seguir buscando ese reconocimiento de manera legal. «Me gustaría que mi hija tuviera los privilegios que yo no he tenido», reconocía.
Pero, en el fondo, se podía ver a un Javier que también buscaba cierto afecto de esa figura paterna que nunca tuvo, y que intenta que su hija sí que la tenga presente en forma de abuelo. «Aún puede conocer a su nieta», manifestaba.
Javier Santos también ha querido comentar las polémicas imágenes del artista donde se le veía muy deteriorado y envejecido, costándole gran esfuerzo andar, teniendo que ser sujetado por dos personas para hacerlo. «A lo mejor tuvo un accidente y le han pillado en un mal momento», expresó.