La próxima semana, siete mallorquines, apasionados de la montaña, iniciarán el ascenso a la cima de la montaña Mont Blanc. José Carlos Prieto, Xisca Népola y Carlos Álvarez, voluntarios de la ONG mallorquina Mallorca sense Fam, se suman a la expedición de José Maria Pastor, Manuel Gil (Xenxu), Silvia Canudas y Malén Mestre.
La aventura por el momento ha salvado algunos obstáculos burocráticos a causa de la COVID-19 y el próximo día 24 saldrán de Palma dirección Ginebra y Chamonix (la base del Mont Blanc). Para algunos de ellos, como José María y Xenxu, será la segunda ocasión en que ascienden hasta los 4.810 metros de altitud. Para el resto del grupo, será toda una experiencia pero no la primera gran aventura, pues en sus suelas llevan numerosos ascensos y carreras de montañas.
Hacer cumbre en el Mont Blanc tiene un objetivo muy especial para José Carlos Prieto, Xisca Népola y Carlos Álvarez. Ellos tres, con sus camisetas de Mallorca sense Fam, quieren dar visibilidad a la ejemplar labor de todos los voluntarios y colaboradores de la ONG mallorquina. «Cuando yo comencé, hace ocho años, ayudábamos a 300 familias. Ahora son más de 4.400, unas 10.000 personas al mes que reciben la ayuda de Mallorca sense Fam», comenta Carlos Álvarez (63 años) quien junto a José Carlos Prieto es un feliz prejubilado de Telefónica y dedica todo su tiempo a ayudar a los demás y disfrutar de su pasión por el montañismo.
José Carlos Prieto (54 años) hizo cima en el Kilimanjaro el pasado 23 de febrero y, «si la situación de esta pandemia lo permite, para más adelante queremos hacer otros ascensos», confiesa. Prieto ha destacado en el mundo del ciclismo pero tras una lesión de rodilla y animado por Tolo Quetglas, «me introdujeron en el montañismo».
Xisca Népola (46 años), agente de seguros de Generali y pareja de Prieto, asegura que «siempre me ha gustado la montaña y hace cuatro años me propuse hacer los 54 miles de Mallorca». Subcampeona de Balears de pádel surf 2012, Xisca se enfrenta con mucha ilusión a la aventura.
Para mujer aventurera, Silvia Canudas, instructora de fitness, surf, entrenadora personal, etc. A sus 48 años de edad, Canudas es una apasionada del deporte, en especial las carreras de montaña, y tras su participación en la Ultra Dolomitas decidió dejar este tipo de carreras. «Fue muy dura y decidí dejar de correr y comenzar a hacer ascensos. ¿El objetivo?, divertirme». Canudas confiesa no haberse preparado de una manera especial para subir al Mont Blanc.
El coste del viaje puede rondar entre los 350 y 700 euros, incluyendo billetes, alojamiento, permisos, material e imprevistos. En sus mochilas, imprescindible el kit COVID-19, el piolet, cuerdas, crampones, casco, ropa y calzado adecuado, pero también «llevamos una sobrasada, quelitas, una botella de herbes y una botella de vino del que elabora Carlos Álvarez», comenta José Carlos Prieto.
Los montañeros pasarán de los 33 grados centígrados de Mallorca a los cerca de 10 grados bajo cero que pueden registrarse en la cima. «Es una montaña, entre comillas, fácil, pero la última parte alpina es muy dura. La convivencia y el buen ambiente en el grupo es primordial. Y el principal problema es la aclimatación, evitar los mareos de los 3.000 metros», añade José María.
Malén Mestre, (49 años) lleva 26 años realizando senderismo y alpinismo. Muchos han sido sus ascensos pero Mont Blanc es, para ella, algo especial. «Mi hija me pide que tenga mucho cuidado».