Después de que en el programa anterior Juana cocinara por última vez en el talent, MasterChef 8 ya tiene a sus finalistas. Para elegirlos, le mecánica del programa fue la habitual: prueba en plató con todos los aspirantes, después una en exterior y finalmente el reto de eliminación.
En la primera prueba, en la que, con la compañía de Paz Vega, los concursantes tuvieron que recrear un complejo plato del propio Jordi Cruz, los mejor valorados fueron Andy y Ana, aunque finalmente fue esta última la que obtuvo, por su propuesta, un pase directo a la final.
Pero no por ello se libró de participar en la prueba en exteriores, es más, le tocó ser capitana. Eligió dirigir a José Mari y Andy y, como entre los tres no conseguían abarcarlo todo a tiempo, Jordi Cruz les aconsejó renunciar a uno de los platos y presentar los otros dos «perfectos», algo que desmoronó por unos instantes a Ana, pese a lo que salió airosa.
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Sin embargo, el mejor valorado de la prueba fue Andy, pues se encargó él solo de un postre con múltiples elaboraciones y obtuvo un resultado «notable», según los comensales, que eran cocineros que habían llevado a cabo labores humanitarias durante la cuarentena.
Con esto, Andy se convirtió en el segundo finalista del talent, por lo que no tuvo que cocinar en la última prueba, aunque se trataba de un postre, su especialidad. Finalmente se retaron Luna, José Mari, Iván y Alberto. Desde el principio, los más metódicos y concentrados fueron los dos últimos, por lo que, entre halagos, se salvaron.
Por su parte, José Mari y Luna tuvieron un cocinado mucho más caótico y con bastantes fallos, pero hubo una diferencia entre ellos y es que el resultado de Luna, contra todo pronóstico, era el más completo, por lo que José Mari fue eliminado y la canaria, entre lágrimas y saltos de alegría, corrió a unirse a los finalistas.