¿Cómo será un año sin las fiestas de Sant Joan? Es la pregunta que ningún ciutadellenc quisiera plantear y, mucho menos, responder. Pero la pandemia de la Covid y las restricciones impuestas para impedir la propagación del virus han convertido en realidad la suspensión de la celebración protocolaria y ecuestre del 23 y 24 de junio en la antigua Medina Menurka.
Menorca ya ha empezado a vivir un año que se añade a las 16 ocasiones en que la fiesta ha sido cancelada por guerras, epidemias, pleitos, desacuerdos entre los jurados de la Universitat General de Menorca i Particular de Ciutadella, negativas de caixers a desempeñar el cargo para el que habían sido nombrados, el fallecimiento de persones de la realeza y la coincidencia con festividades litúrgicas. El 2020 pasará a la historia de Sant Joan como s'any des coronavirus, que provocó la cancelación de los actos protocolarios y severas advertencias de las autoridades para evitar aglomeraciones en los espacios públicos.
Sin 'caixers' ni 'caragols'
La primera jornada de estas fiestas aplazadas -el Diumenge des Be- marcó un ambiente de irrealidad el domingo, entremezclando la resignación y el disgusto. A las 9 de la mañana un grupo de santjoaners se concentró frente a la casa señorial de Cas Comte -que debía acoger el primer toc- y, coincidiendo con las campanadas del reloj de la Catedral, se escuchó un espontáneo y emotivo aplauso.
En realidad fue un toc de dol, porque este año no hay caixers, cavalls i cavallers; no se celebran el Caragol des Born ni los Jocs i ses Corregudes des Pla. Todo ha quedado cancelado. En el suelo, frente a la puerta de la casa señorial de los Olives, hoy propiedad de la Fundación conde de Torre Saura, un ramo de flores por la fiesta que no se puede celebrar. Fue un Diumenge des Be sin caixers y sin el anyell de Déu, el cordero de Dios, porque s'homo des Be, que también tendrá que esperar al 2021, es la representación viviente de San Juan Bautista. El tambor i es fabiol resonaron en el patio del monasterio de Santa Clara, en un tañido al unísono del joven monaguillo de la Catedral y la madre abadesa.