Varios ejemplares de dragón azul (glaucus atlanticus), un diminuto y muy peligroso tipo de nudibranquio o babosa de mar, han puesto en alerta a las autoridades norteamericanas, después de que fueran localizados en el Padre Island National Seashore (Texas), en pleno golfo de México.
El responsable del insólito hallazgo fue un niño de tan solo 7 años de Mesa, Arizona, de nombre Hunter Lane. Su padre, en declaraciones a CNN, afirmó que había ido de vacaciones a zonas cercanas a esa durante los últimos 30 años, y jamás se había topado con ningún animal de este tipo.
Nadie debería juzgar erróneamente a estos animales acuáticos por su tamaño, menos de 5 cm., ni tratarlos como a un bichito sin importancia puesto que, según advierte la institución medioambiental en una publicación en Facebook, «tienen una defensa digna de su nombre».
Según los expertos los dragones azules son depredadores de las carabelas portuguesas que viven en mar abierto, y tras devorarlas trasladan las peligrosísimas toxinas de esos animales marinos, que tienden a confundirse con medusas a pesar de no serlo, a sus apéndices similares a dedos, al final de sus aletas.
Debido a la concentración de estas células su picadura puede ser incluso más dolorosa que la de las carabelas, e igual de mortal para determinados grupos de población humana.
La recomendación de las autoridades en caso de toparse con uno de estos dragones azules es sorprenderse, ya que se trata de un hallazgo raro, pero también mantener una distancia de seguridad responsable.