El momento romántico del «sí quiero» lleva consigo una montaña rusa de preparativos y estrés. Encontrar el vestido, las invitaciones, flores; que si mi tía Luisa no se habla con mi tía Encarna ¿dónde las siento?… En definitiva, preparar una boda no es tan sencillo como parece. Y a esto hay que añadirle que ha aparecido un invitado inesperado de última hora: la Covid-19. Es el típico comensal que genera mal ambiente. Tanto, que suspende bodas y las aplaza hasta que este invitado desaparezca...
No se descubre nada nuevo al afirmar que el universo nupcial evoluciona a pasos agigantados. Ruptura de estereotipos, nuevas tradiciones y estilismos que potencian la personalidad de quien los lleva. Atrás quedaron las nupcias ultraprotocolarias que siguen al pie de la letra todas las tradiciones. En los últimos años los estilos que van con la identidad de los protagonistas son los que triunfan.
Lluïsa Llull, de Lluïsa llull Events, lleva más de 20 años organizando bodas con éxito. «Desde el ambiente hasta el vestido, todo debe seguir una misma línea estética», comenta Lluïsa. Y aunque esta wedding planner huye de los convencionalismos y opta por ser fiel a la identidad de los novios, explica qué es lo último en nupcias.
El ambiente
Según cuenta Llull, desde hace unos años las bodas de día han cogido fuerza. Nupcias que empiezan a las 11.00 horas y acaban de madrugada. Entre los ambientes más aclamados destacan los de estilo campestre y aquellos que recuerdan a la Toscana italiana. Mesas largas e imperiales y naturaleza a modo de decoración. Estos son algunos de los elementos más solicitados.
Ahora bien, tal y como nos cuenta la experta, todos estos elementos han de formar un «todo». Este ambiente no debe ser un batiburrillo de elementos bucólicos colocados sin obedecer a un patrón, sino todo lo contrario. Cada detalle, cada pieza está estudiada para conseguir el ambiente deseado.
El toque cálido lo dan los elementos decorativos. Y el estilo varía en función de la personalidad de los novios, por lo que una boda campera puede tener un estilo rústico o vintage envuelto siempre en sofisticación.
El vestido
«Hasta tres vestidos puede llevar la novia. Para la ceremonia, para el banquete y para la fiesta posterior», comenta Lluïsa. Pero en los últimos años el vestido ‘princesa' queda atrás para tener en cuenta nuevas formas y estilos.
Dos piezas: Aunque esta predisposición por el ‘dos piezas' se ha ido colando de forma muy sutil en alguna que otra boda, no ha sido hasta la llegada de 2020 cuando se ha producido un aumento significativo en esta tendencia. La técnica en sí consiste en combinar faldas largas con crop tops, en las que se puede apreciar claramente que las piezas van por separado, pero que se mezclan a la perfección. La clave es ir jugando con diferentes texturas y telas hasta dar con el look deseado. ¿El resultado? Una novia original y exclusiva.
Espalda al descubierto: Un vestido sexy sin pretender serlo. Así son los vestidos de novia con escotes en la espalda; sobre todo, porque el escote posterior es el escenario que cuenta con ese factor sorpresa. Los escotes infinitos en la espalda se han convertido en los protagonistas de muchos vestidos. Se trata de un detalle muy seductor que se puede ver en diseños atrevidos y poco convencionales, pero también en vestidos más clásicos.
Pantalón: El traje chaqueta pantalón se suele asociar a novias más maduras, pero la tendencia de este año desmonta por completo esta creencia. Original, cómodo y alejado del estereotipo clásico, el traje chaqueta se reinventa con formas más favorecedoras y con interesantes detalles que lo hacen perfecto para novias atrevidas.
Vestidos cortos: Los gustos han evolucionado y no todas las novias buscan un vestido largo para su gran día. Los vestidos cortos son prendas llenas de feminidad y cada vez son más habituales. El tul o las plumas son algunos de los elementos que se pueden ver en los vestidos cortos e, incluso, acompañados por una pamela de rafia si la boda es al aire libre y en verano. Se trata de una nueva propuesta nupcial original y desenfadada.
‘Micro weddings'
Las bodas íntimas o micro weddings están cobrando mucha fuerza. Atrás quedaron esas bodas multitudinarias en las que no sabes de dónde sale ese invitado. Son bodas donde los novios prefieren compartir este momento tan especial de una forma más íntima y mimar a todos los comensales. La ventaja principal de estas bodas, que no suelen superar los 60 invitados, es evidentemente: la parte económica. Pero no solo eso, las posibilidades de escoger el lugar idóneo se multiplican, además de invertir en los pequeños detalles y sofocar los posibles imprevistos con mayor facilidad. Es una forma de disfrutar de todos los invitados sin agobios y sin prisas.
Bodas sostenibles y solidarias
Que las bodas generan un enorme gasto no es ningún secreto, por lo que muchos novios optan por las bodas sostenibles o eco weddings. Se trata de otra de las tendencias en alza y, además, apoyan al medio ambiente. Este tipo de bodas consisten en llevar a cabo pequeñas acciones con el fin de reducir desechos. Por ejemplo, escoger un cátering que trabaje con productores locales y alimentos de temporada, donar a comedores sociales toda la comida sobrante, y optar por vestidos de novia de segunda mano son algunas de las apuestas por la sostenibilidad.
Todo ha sufrido transformación y eso también incluye las invitaciones y los recordatorios. Atrás quedaron «los puros para ellos y el gloss para ellas». Aunque las invitaciones y los regalos no son lo más importante, no se dejan a un lado, y los novios esperan que aporten este toque único y diferenciador. Así que una opción original y solidaria es optar por los detalles cuyos beneficios van destinados a organizaciones o causas sociales. Se trata de añadir ese componente humanitario a la boda y contribuir a cambiar un poquito el mundo con estos gestos.
Flores
Normalmente, el ramo de flores se suele escoger junto al resto de adornos florales. Pero el vestido y la decoración son condicionantes a la hora de escoger el ramillete. En cuanto al estilo, los ramos con una composición perfecta y redondeada han quedado obsoletos. La tendencia ahora es la verticalidad, ramos que den una sensación de desorden, donde se mezclan las flores.
Elegantes, como las rosas, mezcladas con flores silvestres de plantas campestres que aportan un aire bohemio y relajado a la composición.