Muchas comunidades han socializado, a través de ventanas, balcones o terrazas a última hora de la tarde, a ritmo de la música e improvisando fiestas de cumpleaños, organizando bingos o tematizando fiestas con el objetivo de animar el ambiente de este largo confinamiento. Durante los últimos días, Bárbara Servera, vecina de la calle Provença de Palma, ha preparado junto a otros vecinos una peculiar Feria de Abril. Cada tarde y durante esta cuarentena, Bárbara ha animado al vecindario poniendo música y recurriendo al ingenio, aunque como ella misma explica «había días que no estaba de humor», tanto por la situación como por el estado de salud de su abuelo Juan Francisco Perelló, de 74 años y afectado por la COVID-19, afortunadamente ya recuperado.
Bárbara, que vive en casa de sus padres junto a seis familiares más (cuatro adultos y tres niños), asegura que «todo empezó para festejar la fiesta de cumpleaños de dos niñas de la comunidad, Sofía y Claudia, y como yo tengo un altavoz decidí improvisar como disc jockey».
Su música ya es esperada cada día. Como si de un ritual se tratara. Tras los aplausos de las ocho de la tarde, llega el show.