Pertenecen a la generación milenial y la de los ‘nini'. Nuestros jóvenes, en lo general, son poco dados a colaborar en las tareas domésticas. Sin embargo, con motivo del estado de alarma, en muchos hogares se han tenido que repartir los trabajos de limpieza y en el caso de los más pequeños, empezar a hacer su cama y ordenar la habitación. Aunque los adolescentes suelen ser los más rebeldes, también se han arremangado y escoba en mano, algunos rechistando, participan en la limpieza del hogar.
Desde pequeña, Carla Vicente Gómez ha sido una niña a la que le gusta tener su habitación ordenada, al igual que su armario y escritorio. «En esta ocasión no ha sido una novedad para ella», comenta César, su orgulloso padre, quien añade: «Cada día, por propia iniciativa, ayuda a limpiar, después de hacer clase o los deberes. Incluso también ayuda a hacer la comida».
A sus seis años de edad, Valentino Fernández Pertiñez hace cada mañana, tras levantarse y asearse, su cama y ordena su habitación, «luego desayuna y se pone a estudiar», comenta su madre, quien nos confiesa que «se está portando como un verdadero campeón. Le encanta el fútbol, y hace colecciones de Súper Zings y Dinosaurios».
Julián Aguirre, con 11 años de edad, colabora en todo lo que le dicen sus padres, tanto cuando está en casa con su madre, como los días que le toca estar con su padre. El joven pone empeño en limpiar a fondo. Se desenvuelve bastante bien con el aspirador y con el paño de cocina, repasanso bien todas las puertas de los armarios. Pero lo que más le gusta al pequeño Julián es meter la nariz en la cocina y preparar un piscolabis o colaborar en la comida o cena. Después de limpiar, Julián comienza a jugar online con sus amigos o realiza vídeollamadas a la familia.
Olaia Pérez Pagliarulo, con tan sólo tres años, no duda en hacerle caso a su mamá y a su papá y limpia con esmero los cristales, aunque luego su mamá los repasa. También, desde pequeñita, Belén Florido Fraga ha aprendido que en casa hay que colaborar, por eso no le ha venido de nuevo que, en estos difíciles momentos, entre todos hay que colaborar. Con mayor o menor destreza, Belén barre y limpia, tareas que no son precisamente sus favoritas, pero sabe que «ahora es más importante que nunca la limpieza en nuestro entorno, para combatir el coronavirus», comenta su padre, José Florido quien se deshace en elogios hacia su hija: «La verdad que estoy muy orgulloso de ella», añade.
Quienes no han parado de hacer cosas en casa este confinamiento son las hermanas Carlota y Jimena Garcías. «Desde que se levantan están muy activas y saben que cada día antes de ponerse a jugar hay que ayudar en hacer sus camas y recoger los juguetes, al igual que pasar el aspirador o limpiar el polvo», comenta Olivia, su madre. Ambas se distribuyen las labores y ayudan a sus padres tanto en la limpieza como en hacer la comida, especialmente en los postres, galletas y repostería.
En definitiva, unos pequeños aplicados que se están portando de manera ejemplar en esta complicada situación.