El formato de buffet, sobre todo en el desayuno, por el que optaron desde hace años la mayoría de los hoteles del mundo, ha sido uno de los mayores aciertos y uno de los servicios más apreciados por los clientes. Pero esta modalidad, que tenía entre sus ventajas, además de la variedad, la posibilidad de servirse la cantidad de productos deseados, contaba con el inconveniente del riesgo de que se amontonaran los huéspedes ante las bandejas. Éste ha sido uno de los factores para que, debido a la crisis motivada por la COVID-19, se esté cuestionando su futuro.
El buffet de los hoteles no será igual tras la pandemia. Para generar seguridad y confianza, los clientes ya no se podrán servir ellos mismos y el buffet se transformará en un servicio asistido por los empleados del hotel, que deberán extremar las medidas higiénico sanitarias, al igual que los proveedores y los mismos clientes. Estas son las principales conclusiones del informe El buffet post Covid-19 elaborado por el equipo de la consultora hotelera The hotel factory dentro de la línea de Hospitality Trends Reports enfocados en tendencias en la industria hotelera.
Más de 30 profesionales y expertos de la industria hotelera, industriales, proveedores, empresas tecnológicas y de prevención de riesgos fueron entrevistados para contrastar todos los puntos de vista posteriormente en un panel online.
Experto
Josep Moré es el mayor experto en desayunos buffet y es asesor de numerosos hoteles y cada año realiza cursos especializados sobre este apartado. «La transformación que se producirá no vendrá dada únicamente por una mirada empresarial (ojalá fuera así) sino por ver, sentir y oír como cliente. Más que nunca se hace necesario, súper necesario, escuchar al cliente. Y clientes somos todos», explica. Moré, como también se apunta en El buffet post Covid-19, el concepto del show cooking será uno de los elementos clave en los desayunos que se sirvan en los hoteles.
«El show cooking no muere, al contrario, tendrá mas vida que nunca por un tema higiénico-sanitario, por calidad gastronómica y por imagen de confianza. Habrá bastantes puntos en los que los profesionales trabajarán cocinando y atendiendo a los clientes debidamente. El tema de cómo se acerca el cliente al show cooking, la verdad es que aún no lo tengo claro. Es un reto interesante», señala Moré, quien visualiza más aspectos de este cambio: «Yo apuesto por la desaparición del buffet caliente como lo conocemos. Me inclino por un cliente atendido, reducido en variedad y dando importancia a la cocina de la zona».
La sensibilidad en el trato y la imagen higiénica son dos conceptos de capital importancia para el autor del libro Un buffet de hotel muy canalla. «El cliente ha de sentirse cuidado y en cuando a la higiene, se pueden tener todos los protocolos del mundo, que si el cliente no los percibe no hay nada que hacer. La higiene tiene dos partes: la que se ve y la que no se ve». Moré reconoce no tener ni idea de cuánto durará esta situación, «no sólo el confinamiento, sino la inseguridad que se nos quedará en el cuerpo. En mi mente está que todo se ‘normalizará' en un año, más o menos; eso sí, siempre quedarán rescoldos en la mente de todos. Y esperamos que no se produzca un repunte del virus el próximo otoño».
Servicio a la carta
En el informe El buffet post Covid-19 se apunta a la posibilidad de que «en los hoteles donde sea posible, por su tamaño, se sustituya el buffet tradicional por un servicio a la carta, promoviendo incluso en un primer momento el servicio en la propia habitación (room service)».