Durante la primera semana del confinamiento por la pandemia del coronavirus, el fotógrafo mallorquín Nando Esteva, con decenas de premios internacionales, finalizaba su primera colección, a la que se sumarían rápidamente cuatro trabajos más, en lo que llevamos recluidos en casa. «Para que te hagas a la idea, suelo hacer entre dos y tres colecciones al año», comenta Esteva, cuyo trabajo como fotógrafo se basa en un 80 por ciento en campañas publicitarias por todo el mundo para cadenas hoteleras y otras empresas.
Incombustible y dinámico, a Nando Esteva le ha pillado el confinamiento distanciado de su estudio y en un disciplinado encierro en casa, junto a su mujer e hijos. Para no frenar su impulso creativo, se ha construido su propio espacio y un laboratorio muy básico, «coloreando una bombilla con pintura roja y utilizando una máquina para hacer pasta para cocinar y crear, con harina y huevos, ‘papel' fotográfico».
Origen da nombre a esta extraordinaria colección que une China con Italia. «Sustituyo el papel fotográfico por pasta haciendo un homenaje a Italia, uno de los países con gran cultura gastronómica y el más azotado por este mal. Conecto con China, donde todo empezó, país que en su día premió una de mis colecciones», confiesa Nando.
Durante estas cuatro semanas, en las que comparte las tareas de casa y la educación de sus hijos, junto a su esposa, Nando Esteva no ha dejado de crear, sin ponerse una meta o contar cuántas colecciones va a realizar, sencillamente su arte fluye.
El arte es libre
«Al final estamos encerrados en casa, pero el arte es libre. Es el momento para muchos artistas que están haciendo cosas increíbles», asegura. La originalidad y la belleza más estética llega en la colección Pasatiempos, dedicada a sus hijos, donde argumenta que «como nosotros, muchas familias tienen que ingeniar ideas para entretener a los niños». El resultado muestra cómo un plato de barro y unas judías se convierten en un perfecto tablero de damas o una zanahoria en el ‘tres en rayas', entre otros juegos clásicos, como el dominó, la sopa de letras, etc.
Otra colección que sin duda cautivará es Lejanía, donde el artista realiza una minuciosa selección de hojas secas, del pequeño jardín de su casa, que utiliza como lienzo para algunas de las imágenes captadas en lo que él mismo describe como el viaje de su vida, a Kioto (Japón). En la obra Tiempo mide el paso del tiempo, suma los días y cuenta las semanas que transcurrren con sencillas latas recicladas de anchoas, atún, aceitunas... creando originales relojes de sol y calendarios. Por último, el artista tiene el don de trasformar desechos orgánicos en algo bello, ante la necesidad de vivir en un mundo más sostenible, con Existencia.
Recientemente el mallorquín ha recibido tres premios plata en el One Eyeland International Photo Awards celebrado en Chennai (India) por su obra Inflorescencia, en categoría de publicidad, artes y naturaleza. Sin duda, las colecciones que hoy protagonizan este reportaje se alzarán con más reconocimientos internacionales cuando todo vuelva a la normalidad.