Ante la escasez de recursos materiales para hacer frente a la explosión de contagios de coronavirus en España han surgido diferentes iniciativas. Una aúna la colaboración desinteresada de personas que imprimen en sus casas mascarillas y respiradores. Es un proceso complejo, no todo el mundo cuenta con impresoras 3D y además estas consumen una cantidad considerable de tiempo y energía.
Cuando la necesidad apremia también se agudiza el ingenio. Por ejemplo, el que muestra el vídeo que se adjunta en esta noticia. Una simple gorra que no utilicemos, cinta americana y una mampara de plástico y en apenas unos segundos tenemos una máscara para protegernos. Lógicamente no cuenta con todos los estándares de calidad, pero tampoco lo hacen las bolsas de basura a modo de batas que ya están en uso en algunos centros sanitarios.