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Abandono y desolación en la zona verde del Canódromo de Palma

Panorámica desde la puerta del canódromo: crece la maleza, se caen los árboles y aparecen pintadas en las paredes.

| Palma |

El otro día nos dimos una vuelta por el canódromo. Queríamos ver cómo iban las obras de esta magnífica zona verde, con mogollón de árboles, parte de los cuales, en abril de hace un año, plantaron vecinos y escolares ante la complaciente mirada del entonces alcalde Noguera, que se sumó a la ‘plantá'. Además, se instalaron bancos de madera, se trazaron los paseos y se colocaron lámparas tan altas, que la luz iluminará la zona superior de la copa de los árboles. Pero, ¡qué más da!, son lámparas de diseño, muy modernas… Sí, aquella vorágine presagiaba que a estas alturas del partido íbamos a tener parque, que para la primavera sería una gozada. Pero...¿Sabéis con qué nos encontramos? Con nada. Paralización total. Los árboles seguían plantados, algunos caídos sobre el cemento, pues de no ser por lo que ha llovido, dudamos que alguien los haya regado, y si lo han hecho, lo han hecho mal, pues la tierra que los rodea está reseca.

Observamos que sobre el trazado de los caminos no hay nada, sigue siendo solo trazado de caminos y… Bueno, sí, los bancos siguen donde estaban, pero a punto de desaparecer bajo la maleza que ha crecido como si no hubiera un mañana, señal de que por allí no ha pasado el jardinero nunca. Por otra parte, algunas paredes del parque se están convirtiendo en el mejor espacio para que los grafiteros plasmen sus obras. Y es que con los políticos que nos gobiernan, llegó el cambio. Sí, ese cambio necesario... para que todo siga igual, que es lo que está pasando. Porque, por ejemplo, el velódromo del Tirador, que está al lado, está igualito… Bueno, está peor que cuando Hila fue alcalde por primera vez, hace cinco años. Peor en todo. Incluso tiene más okupas que entonces. Pero Hila y los suyos, según manifestaron, eran el cambio…para que nada cambiara.

Así que, señores, no siempre el tiempo da la razón a quien pretende tenerla, sino que coloca a la gente, en este caso a la gente que manda, Hila y su equipo, en el que está Noguera, en el lugar que corresponde: en el de la mayor de las inutilidades. Sino, vean. ¿Por qué el parque sigue así? ¿A qué vinieron aquellas prisas, en precampaña electoral, plantando arboles y farolas, salvo para conseguir el voto…? Lo dicho, por mucho que digan los que mandan que con ellos todo va a cambiar, todo sigue igual.

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