El tirón de Palma por su atractivo turístico, que engloba como principales pilares el arte y la gastronomía, pero sobre todo el buen tiempo, son los factores fundamentales de que muchos turistas, nacionales y extranjeros, hayan elegido la capital balear para despedir 2019 y recibir 2020. «La temperatura que hace hoy aquí no tiene nada que ver con la de Basilea», explicaba ayer por la mañana la suiza Nicole, quien junto a su marido, Roberto, y la hija de ambos, Laura, admiraban la Seu.
Esta familia llegó el pasado día 28 y se quedará hasta el 3 de enero, y están alojados en un hotel de la zona de Portopi. «Por ahora sólo hemos conocido Palma, pero queremos visitar Sóller y Valldemossa», comentaban, y añadían que en Nochevieja cenarán «en un restaurante de Palma con vistas al mar».
Desde Madrid
Las madrileñas Marta, Vanessa, Lucrecia y Mariola han ‘huído’ de la capital y se han venido a Palma, donde tienen familiares y un amigo. Este último les aconsejará sobre cómo pasárselo bien. «Bueno, queremos pasar una Nochevieja tranquila, pero animada», contaba Mariola.
El alemán Wolfrang y la austríaca Sabina son habituales de Mallorca, pero ésta será la primera ocasión en la que reciban al año nuevo en Palma «Estamos alojados en un hotel del centro. Hace una temperatura muy agradable para pasear por la calle. Además, no hay tanta gente como en otras épocas del año», explicaban.
La familia formada por Alfonso y Silvia y sus hijos, Pablo y Álvaro, paseaban por Dalt Murada y el mayor de los dos vástagos quedó inmortalizado en una caricatura. «Hemos llegado este lunes y nos quedaremos hasta el día 3. Somos de Madrid, pero vivimos en Valencia y nos alojaremos en una residencia militar», explicaba Alfonso, quien también añadía que es la primera vez que visitaban Mallorca.
En el Passeig des Born, Peter, su hermana Sabina y el marido de ésta, Michael, recibían las indicaciones de Evelyn sobre cómo manejarse con los segways alquilados. «Estamos alojados en un apartamento de Portocolom y veremos qué tal está el ambiente por ahí», indicaban poco después de perderse por la calle Sant Feliu a bordo de este vehículo. Quizás era el preludio de un final de año ‘rodado’.