Síguenos F Y T L I T R

Patentes mallorquinas de antaño

Marca de zapatos hechos en Cuba por la familia Garau.

| Palma |

¿Hemos sido los mallorquines inventores? Hay qué ver cómo vuela el ingenio. En 1888, José Bauzá de Mirabó, que era oficial de la Administración de Rentas y Aduanas en Ponce (Puerto Rico) y miembro de una familia mallorquina de abolengo inventó una secadora de café.

Otro inventor balear, ya de principios del siglo XX, fue Antonio Esteva que tenía fábricas para conservar la fruta, especialmente los melocotones o los higos en su jugo, inventó un sistema de cierre hermético para frascos y conservas y en general para toda clase de botellas y envases (1893), sistema que lo convirtió en uno de los mejores conserveros de melocotones de España hasta el punto de que su saga acabó montando fábricas en Murcia.

Otro invento de Esteva fue un cuchillo de mano para cortar y extraer el hueso a las frutas frescas. Corría entonces el año 1905.

Por su parte, Pere Bofill Soler diseñó, entre 1874 y 1897, varios tipos de motores para prensar aceite o producir acetileno con gasógeno o un aparato engrasador de superficies de roce en toda clase de máquinas. No se quedó atrás Pierre Paulin Vernière, que quiso hacer en Mallorca alcohol con algarrobas, lo que pasa es que no llegó a ejecutar el invento con lo que no sabemos si alguien probó su bebedizo.

Inventos raros

Hubo más inventos raros elaborados en Mallorca como un procedimiento para dar amargor a las bellotas tostadas (1895, Bartolomé Coll), máquinas de peinado de mantas, cajas para ungüentos, un suspensor de caballos, burros y asnos que inventó el veterinario militar Mandilego, mientras el comandante Antonio Vacas Albertos ponía en práctica sus ideas para perfeccionar el fusil ametralladora.

Ya más serios fueron José Garau Montaner, el gran empresario palmesano del calzado que perfeccionó con varias patentes los zapatos y su familia montó un próspero negocio en Cuba. En Mallorca la fábrica de Garau en 1890 era capaz de producir mil zapatos diarios. Añadir que el calzado mallorquín era muy apreciado en España pero también en sitios como México.

Casa Roca

Otro empresario muy dinámico fue el papelero Roca que vendía desde la segunda mitad del siglo XIX sobre todo sobrecitos con papel para liar el tabaco, registró su marca , Casa Roca, ya cerrada.

La lista sería interminable, pero no podemos dejar de citar los sifones de Ramis (1908) o las marcas de cigarrillos de Juan March.

Lo más visto