La gastronomía y la música son los aspectos que más y mejor representan a un lugar». Son palabras del cocinero Tomeu Arbona, que este viernes impartió un curso de cocina modernista en un lugar tan apropiado para la ocasión como Can Prunera. «Es un museo, sí, pero a la vez una casa muy acogedora», explicó el estudioso gastronómico.
Unas 60 personas, que pagaron 25 euros por la sesión, llenaron la sala en la que se llevó a cabo el curso. Junto a varios miembros de su familia, Arbona fue elaborando los platos preparados para la ocasión a la vez que cantaba, acompañado por el violoncelo de Miquel Àngel Aguiló. En total interpretó tres composiciones modernistas: un poema de Maria Antònia Salvà, una canción de trabajo y un poema de Joan Alcover. En la composición de Salvà la nota predominante fue la placidez y la búsqueda de la belleza, mientras que en el texto de Alcover se desgrana lo que se pierde en la vida, con un tono mucho más triste.
El cocinero mostró el impacto del Modernismo de Cataluña en Sóller desde el punto de vista artístico, arquitectónico y gastronómico, zona que también vivió en la época una fuerte carga migratoria hacia Francia y América.
Arbona cocinó cuatro platos, cada uno de ellos perteneciente a un tipo de gastronomía: Lechona con higos y sobrasada, como ejemplo de la cocina señorial; Pa amb oli de higos, dentro de los platos payeses; una sopa juliene, representativa de la cocina de la revolución industrial cuando las mujeres se comenzaron a incorporar al mercado laboral y los trabajadores se llevaban la comida al trabajo en fiambreras, y un Pan moixò de coco dentro de la cocina de los retornados a Sóller.
Para dar un mayor realismo a la jornada, Arbona y sus ‘ayudantes' utilizaron utensilios de la época.