Los días de verano llegan a su fin, y el frenético ritmo del estío va menguando a medida que se enfrían y alargan las noches. Los deberes y las responsabilidades se presentan de nuevo con la llegada de septiembre. Por ello, cientos personas apuran las noches de agosto antes de reincorporarse a la vida rutinaria.
El Passeig Marítim de Palma estuvo rebosante de vida el pasado fin de semana. Algunos calentaban motores en los bares de Santa Catalina, adecuada antesala para noches sin fin. Otros se decantaron por los pubs británicos como Hogan's, Three Lions o Molly Malone. A partir de la 1.00 de la madrugada las discotecas empezaron a llenarse.
La llamativa y sugerente animación de Tito's se convirtió en un efectivo reclamo para aquellos ávidos de juerga; numerosos turistas se hacinaron frente a la puerta de la discoteca; unos, en ringlera, camino a los ascensores, y otros curiosos sin voluntad de pasar de la alfombra roja.
¿La mayoría?, turistas elegantemente vestidos, mientras que el público local se divertía en otras salas de fiesta del paseo, como Backstage, Club de Mar o Boulevard.
Más alejados del mar y ataviados con vestimentas más relajadas, muchos mallorquines disfrutaron en Sa Possessió del quinto aniversario del Maraca Club, donde las horas pasaron volando, una borrosa e inolvidable noche para muchos. Las calurosas noches de verano se acaban y ya hay quien está buscando algún lugar donde cobijarse durante los fines de semana invernales.