En torno a la playa de El Toro, de cierta amplitud y aguas tranquilas, se encuentra Port Adriano, que ofrece en sus numerosas terrazas un amplio abanico de rincones con encanto del verano en Mallorca. Aquí se puede encontrar desde un menú con pasta, pescado o carne a elegir por 15 euros a un refresco a un precio módico, pese al ambiente de lujo que caracteriza la gran marina deportiva y sus locales.
Sus terrazas elevadas en la zona ampliada ofrecen una agradable sombra bajo las pérgolas y permiten contemplar una amplia panorámica a ambos lados de la dársena. Aquí se pueden alquilar distintos tipos de embarcaciones y realizar cursos y salidas de buceo a la reserva natural de las Malgrats, donde poder observar su fauna marina.
Es una alternativa de ocio y un aliciente para su conservación. Antaño, en este lugar, ahora lleno de yates de lujo, se destruyó parte de la antigua flota de vela mallorquina. Cala Penyes Roges, como se llamaba entonces, fue el último paraje que reflejó la estampa de los viejos motoveleros, quemados hasta su hundimiento. Todo un paradigma de la evolución social que ha experimentado la Isla en los últimos cincuenta años.