Después de que el año pasado no se celebrase la popular caminata por las diferencias entre el Consell de Mallorca y el Grup Güell, alrededor de 6.000 personas (la mitad de lo inicialmente previsto) retomaron este sábado la tradicional Marxa des Güell a Lluc a Peu, que este año alcanza la 45 edición. Los marxaires empezaron a llegar a la Plaça Güell de Palma a las 21.00 horas, donde pudieron disfrutar de distintas actuaciones musicales y animación.
La noche comenzó con mucho ambiente. Los últimos caminantes aprovecharon para inscribirse; muchos aplaudieron el descubrimiento de la placa que mostró las huellas del Padrí de la Marxa de este año, el comandante de la Guardia Civil de Tráfico Jesús Francisco Domingo, a título póstumo. Estaba previsto que también acudieran los padres de la niña de cinco años fallecida en mayo en su colegio por una alergia alimentaria.
A las 23.00 horas, la viuda de Jesús Francisco Domingo dio el ‘sus' a la marcha cortando la cinta que separaba la salida de los marxaires en presencia del fundador, Tolo Güell; el alcalde de Palma, José Hila; Francisco Bauzá, presidente del Grup Güell, y autoridades. Tras las bocinas, con buen ánimo y una gran sonrisa en el rostro, los caminantes emprendieron su marcha hasta el monasterio. Más de 40 kilómetros por delante.