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Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones: «Mallorca siempre será parte de nuestra vida»

Dylan, junto a sus padres, Catherine y Michael, posando ayer en los jardines junto a la Cartoixa. | Julián Aguirre

| Valldemossa |

Michael Douglas, Catherine Zeta-Jones y el hijo de ambos, Dylan, pusieron este jueves punto final a las vacaciones que han pasado en s'Estaca. Habíamos quedado con él en vernos para dar un repaso a los 32 años que lleva viniendo a Mallorca y a los 30 desde que se asentara en la finca que fuera del Arxiduc Lluís Salvador. El lugar del encuentro fue en los jardines de la Cartoixa, a donde llegó puntualmente con su mujer e hijo, lo cual fue para nosotros más que una sorpresa, un regalo. Pues tenerlos a los tres juntos, y que encima cuenten vivencias, rescaten recuerdos y entierren leyendas urbanas, es un regalo con el que los periodistas no nos encontramos a menudo.

Estaba claro que se iban de viaje, que regresaban a casa. El vestía traje color crema y se tocaba con un sombrero, a juego con el color blanco de sus cabellos. Ella, impresionantemente bella, lucía un vestido estampado, en el que destacaban barquitos, calzaba sandalias de cuña, ocultaba sus ojos con unas gafas oscuras y cubría su cabeza con una pamela de color negro. Por su parte, Dylan vestía camiseta blanca, pantalón de cuadros y deportivas oscuras.

Imágenes de los treinta años de los Douglas en s'Estaca

Douglas y Zeta-Jones recordaron que hace 17 años, en ese mismo lugar, se encontraron con nosotros y nos hablaron de ellos, de sus películas y sus proyectos. Dylan, por entonces, tenía un año. ¡Cómo pasa el tiempo!

Hablamos de s'Estaca y de que está en venta. «Sí, lo está –reconoció Michael–, pero si algún día la dejamos, Mallorca seguirá estando en nuestro corazón y presente en nuestras vidas. En ella hemos pasado muchas horas de nuestras vidas y en ella me enamoré de Catherine. Por ello, la Isla significa mucho para mí... Ya formo parte de su historia, como vosotros». Y ya que hablamos de la casa y de ella, le preguntamos sobre eso que se dice, que no le gusta Mallorca, que... «Eso es mentira. Me encanta Mallorca, no solo porque aquí me enamoré de Michael, sino también porque de niña vine con mis padres muchos veranos y tengo muchos recuerdos». Michael, que luce muy buen aspecto, asegura que de salud se encuentra muy bien. «Todas las revisiones que me han hecho han resultado favorables. En eso estoy muy tranquilo».

Dylan, que ha permanecido en silencio, pero atento a la conversación que mantenemos, tras ratificar que «también me siento muy a gusto en Mallorca, pues aquí vengo cada año y donde tengo amigos», cuenta que está estudiando Historia y Ciencias Políticas, y que le gustaría ser actor, «pero si no consigo serlo, seré político... que también son buenos actores».

Es consciente de que sus apellidos pesan «y como lo sé, tengo que buscar mi sitio, hacer algo en lo que pueda destacar como persona por mi solo». Y añade: «Mis padres son grandes actores y grandes padres».

Michael, refiriéndose a Dylan, dice que «es el futuro de la familia», y asegura que su otro hijo, Cameron, «que me ha hecho abuelo de una preciosa niña llamada Luna, va a retomar la carrera de actor». Confiesa que sigue la política española, «y espero –ironiza– que haya Gobierno antes de la próxima legislatura». En cambio, de la política norteamericana, y especialmente de Trump, prefiere más quedarse al margen, no opinar.

Volviendo a Mallorca le comentamos que él ha hecho mucho por la Isla. Muchos norteamericanos, famosos y no tan famosos –le decimos–, vienen a Mallorca porque él habla bien de ella. Es, sin duda un buen embajador. «No es complicado ser embajador de Mallorca. La Isla te lo pone fácil». Michael, que lleva 50 años en el cine, colocó hace uno su nombre, con la estrella, en el Paseo de la Fama, lo cual le emocionó por tener a su lado a su padre y a su hijo Cameron. También reconoce que se emocionó cuando recibió, rodeado de toda su familia, su cuarto Globo de Oro por su trabajo en la serie The kominsky method, galardón que dedicó a su padre.

Por cierto, hablando de esa serie producida por Netflix, dice Michael que en ella se ve cómo las personas se hacen mayores, «lo cual es lógico, pues pasan los años. Y yo, como actor, también he tenido que adaptarme a papeles de persona mayor porque para mí también pasan los años».

A los Douglas, sobre todo a Michael, para celebrar los 30 años en s'Estaca, les hemos sorprendido con una tarta que en un tiempo récord nos hizo el repostero Ángel Cortés, de El Bula. La tarta les encantó. Se fotografiaron todos con ella, por lo que no nos extrañaría verla en alguna de sus redes sociales, como vimos este jueves, en su Instagram, el saludo que Michael da a los mallorquines desde s'Estaca con un beso, o cómo celebraba el 4 de Julio, también desde el mismo escenario, mostrando otra tarta con los colores de la bandera norteamericana.

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