Si ahora mismo pudiésemos viajar hasta Marte nos encontraríamos un terreno árido y desierto. En el planeta rojo el clima no es apacible para los humanos: 20 grados en verano, -140 grados durante las frías noches de invierno y, a veces, el viento sopla con tanta fuerza que provoca tornados casi diarios. Aun así, el hombre se ha propuesto llegar. Y quedarse.
La NASA ha seleccionado tres finalistas en un concurso de iniciativas para construir casas en 3D, destinadas a establecer futuras poblaciones humanas en el futuro. En la última fase del 3D-Printed Habitat Challenge, en la que se han repartido los finalistas 100.000 dólares (unos 89.300 euros), muestran sus proyectos en gran escala. En las anteriores fases ya habían diseñado sus propuestas con realidad virtual, preparado vídeos e impreso en 3D modelos en miniatura.
La primera posición la ha logrado el Equipo SEArch +/Apis Cor, de Nueva York. La forma única de su hábitat permite un refuerzo continuo de la estructura. La luz entra a través de puertos en forma de canal en los lados y la parte superior, según la NASA.
El Equipo Zopherus, de Arkansas ha obtenido el segundo puesto. El diseño del equipo sería construido por una impresora itinerante autónoma que imprime una estructura y luego se mueve al siguiente sitio.
Finalmente, el Equipo Mars Incubator, de Connecticut, ha quedado en tercero con un diseño que representa un aspecto modular de las viviendas espaciales y permite una gran cantidad de luz natural.