Un joven de 17 años que sufría a diario crisis de epilepsia ha logrado llevar una vida normal tras someterse a un entrenamiento intensivo para cambiar de hemisferio cerebral el área funcional del lenguaje, de manera que se le pudiese extirpar un tumor que se le detectó a los 6 años sin perder el habla.
El paciente, residente en la provincia de Málaga, fue intervenido en su infancia del tumor benigno que le causaba epilepsia, pero no se le pudo extraer en su totalidad porque hubiera supuesto la pérdida del lenguaje, por lo que al cabo de un tiempo volvió a sufrir crisis y la masa tumoral empezó a crecer.
Ante la pérdida de calidad de vida de José, que le impedía relacionarse con sus amigos, la Unidad de Neurociencias del Hospital Regional de Málaga decidió el pasado año acelerar el proceso de plasticidad neuronal -la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar- para poder extirpar el tumor, esta vez con él despierto.
El jefe del servicio de Neurocirugía del hospital, Pedro Guerra, ha explicado este miércoles en rueda de prensa que se realizó una resonancia magnética al paciente en la que se comprobó que ya había empezado la «transición» del área del lenguaje hacia el otro lado del cerebro, un proceso que de forma natural es lento.
Para acelerar esta remodelación, los neurocirujanos practicaron una craneotomía y colocaron una manta de electrodos en la zona de la lesión, y se realizó un estímulo eléctrico para anular la función del lenguaje donde estaba asentada, a la vez que se forzaba al paciente a usar la zona desarrollada en el hemisferio derecho.
«En una semana todo el área del lenguaje fue asumida por el hemisferio derecho y dejó vía libre para resecar el tumor», que no se controlaba con medicación, ha subrayado Serrano.
Este proceso fue concebido como un «juego» en el que el joven debía anotar puntos para demostrar que era capaz de desarrollar lenguaje espontáneo, repetir frases complejas, denominar objetos, así como tareas de lectura, escritura y cálculo, todo ello mientras se inhibía la zona del lenguaje donde estaba localizado el tumor.
La rehabilitación se realizó durante una semana, con una duración de tres horas diarias en el hospital, con el apoyo en casa de la madre de José, que es docente.
Aunque con anterioridad se han llevado a cabo otras operaciones en España para extirpar tumores con esta técnica, este caso es novedoso por tratarse de un paciente de 17 años que sufría epilepsia, lo que abre la puerta a que otras personas con esta enfermedad que no son operadas por temor a secuelas sean intervenidas.
El equipo médico planteó que la intervención debía llevarse a cabo en un plazo de siete a diez días tras la reapertura del cráneo por el riesgo de infección que conllevaba la colocación de la manta de electrodos, ha indicado el jefe de la sección de adultos de Neurocirugía, Guillermo Ibáñez.
José demostró una gran entereza durante la cirugía, que le ha permitido quedar libre de crisis de epilepsia, una enfermedad que para él era «muy invalidante», han explicado los médicos.
El paciente fue intervenido el pasado julio y actualmente está sin crisis y con una función lingüística normal, aunque sigue el tratamiento con fármacos porque está establecido un protocolo de reducción gradual.
La plasticidad neuronal permite hacer frente a determinados daños cerebrales, de forma que partes del cerebro que antes tenían otras funciones asumen las afectadas por dicho daño, una propiedad que es más evidente en el cerebro joven que en una persona de más edad.