Una parafilia es un comportamiento sexual donde el placer o el orgasmo se consigue más allá de las relaciones sexuales convencionales, explica el portal Culturizando. Según el medio, «las personas que practican algún tipo de parafilia suelen haber tenido mucho sexo de manera convencional y esto ya no les satisface, por esta razón deben buscar la excitación o el placer por otras fuentes».
En muchas ocasiones son opciones sexuales que no están socialmente aceptadas. A día de hoy, existen más de 80 parafilias reconocidas. Un ejemplo muy conocido es la agorafilia, es decir, la atracción por realizar prácticas sexuales en lugares públicos, o la altocalcifilia, que es la atracción proveniente de los zapatos de tacones altos.
En cambio, hay otro tipo de parafilias que son hasta ilegales como la necrofilia, que consiste en sentirse atraído por los cadáveres o los muertos, o la pedofilia, que es la atracción hacia menores de edad.
Una película que muestra los 'fetichismos extraños' y las parafilias es Kiki, el amor se hace. El film se centra en cuatro tipo de parafilias: la dacrifilia, que consiste en excitarse con las lágrimas; la elifilia, entendido como excitarse por los tejidos; la somnofilia, que se da al interactuar con una persona que está durmiendo, y la harpaxofilia, que es la atracción producida al ser asaltado o robado con violencia. Una buena forma de entender que sienten las personas que sufren este tipo de atracciones.