Cuando se habla de las graves consecuencias del cambio climático, son muchos los que son son conscientes de los riesgos. Un claro ejemplo es lo que ha sucedido en un archipiélago de Rusia con la invasión de un grupo de osos polares.
El pasado mes de diciembre, en Belushya Guba, una pequeña aldea de archipiélago de Novaya Zemlya (Rusia) tuvo que declararse en estado de emergencia tras una invasión de osos polares en busca de alimentos. Uno de los resultados del calentamiento global. La disminución de hielo en el Ártico ha hecho que estos animales cambien sus métodos de cazan y se vean obligados a acercarse a los asentamientos humanos. Es la única manera que tienen para sobrevivir.
Lo habitantes de la pequeña aldea viven entre el miedo y el desconcierto. Desde hace más de dos meses, es habitual encontrarse a osos polares por la calle, incluso algunos se adentran en las casas en busca de comida.
«Vivo en Nueva Zembla desde 1983 y nunca he visto una invasión tan masiva de osos polares», ha afirmado en un comunicado el jefe la administración del archipiélago, Jigancha Mousin.
Para hacer frente a la manada se han instalado vallas adicionales, patrullas especiales y sonidos molestos cerca de los parques para garantizar la seguridad de los niños. Además, de aumentar la vigilancia en toda la aldea. Según explica Alexandre Minayev, jefe adjunto de la administración, «la gente tiene miedo de abandonar sus hogares, y los padres no están dispuestos a dejar que sus hijos vayan a la escuela».
Las medidas de seguridad no han funcionado. En los próximos días varios expertos llegarán a la zona para tomar una nueva solución. De momento no se contempla el uso de armas de fuego, pero aseguran que si es necesario sacrificar a algún animal para proteger a los humanos se hará.
Los osos polares, una especie en peligro de extinción
El cambio climático está obligan a esta especie en extinción a entrar de cada vez más en contacto con los humanos. Se reducen sus hábitats de hielo marino. Un hecho que pone en riesgo la supervivencia de los osos, ya que necesitan el hielo marino para poder cazar. Se abalanzan sobre las focas cuando emergen a través de sus respiraderos y las acechan mientras toman el sol al aire libre.
La caza de osos polares está prohibida, ya que en Rusia son una especie en peligro de extinción. A pesar de la invasión, la agencia federal rusa para el medio ambiente se ha negado a emitir licencias para dispararles.
Según la organización Polar Bears International, quedan menos de 25.000 osos polares en estado salvaje. En Canadá, entre 2001 y 2011, la población de osos ha descendido un 40 %.
La situación es alarmante. Una muestra es el vídeo que publicaron en 2017 los fotógrafos de National Geographic Cristina Mittermeier y Paul Nickle, en el que puede verse a un oso polar en sus últimos momentos de vida. El animal camina lento y agonicamente. No es por la edad, ni por ningún otro problema, son las consecuencias del cambio climático.