Sie nie kua lo! Feliz año, en chino. Y es que hoy empieza el año del cerdo para todos los chinos del mundo, por lo que este lunes celebraron la Nochevieja. Y la comunidad china de Mallorca no fue la excepción. Y lo hicieron a nivel particular, con la familia, en sus casas o en restaurantes. Pero generalmente en sus casas, dedicando prácticamente toda la mañana, y parte del día anterior, en preparar la cena, que fue merienda-cena para muchos, ya que como entre Mallorca y China hay siete horas de diferencia a favor de esta, el Año Nuevo dio comienzo a las cinco de la tarde.
Eso, a nivel particular, porque la Asociación oficial china de Balears, Achinib ha preparado una serie de actos el domingo, en la Plaça de Pere Garau, que este lunes amaneció adornada con los tradicionales farolillos rojos, a los que han sido invitados todas las culturas asentadas en la Isla.
Dichos actos comenzarán la víspera con una cena de gala en el hotel Valparaíso, según nos cuenta Fang Ji, su presidente, y a la que asistirá el cónsul general de China, Zu Jian; el president del Consell, Miquel Ensenyat, y el alcalde de Palma, Antoni Noguera.
Por otra parte, dicho hotel, el viernes organiza un año más, su tradicional cena china, bajo la dirección del chef Mei Songzhu. A mediodía de este martes, en el restaurante Made in China, de Palma, se celebrará un acto para recibir al año del cerdo. Además, el restaurante Aromata (Andreu Genestra) ofrece desde este martes al día 16 por las noches un menú especial para celebrar el año del cerdo, elaborado por el chef Jaume Oriach, quien ha estado un mes en China compartiendo conocimientos gastronómicos con chefs de aquel país.
Volviendo a la Nochevieja china, estuvimos ayer en casa de Lim Jie, en el Camp Rodó, de Palma, donde, con ayuda de su hijo, Wong, estaba preparando la cena en la que participaría toda la familia, niños pequeños incluidos, para quienes habían preparado hung-pao, unos sobrecitos de color rojo con dinero en su interior, que es otra de las tradiciones.
En cuanto a la cena, fue, no abundante y variada, sino abundantísima y variadísima. Sobre la mesa había de todo: pescado –para la prosperidad y la abundancia–, jiaozi o empanadillas –que representan la riqueza–, carne, verduras, fideos –cuanto más largos mejor para promover la longevidad–, pasteles de arroz glutinoso, etc, además de vino, Rioja y mallorquines, licor de arroz, alto en graduación, que suelen beber los varones de la casa para brindar a la voz de ¡kampey!
La cena, que se sabe más o menos cuando comienza, no se sabe cuando termina, porque además de cenar, beber, brindar e intercambiar obsequios, hay fuegos de artificio, aunque de forma moderada para no molestar al vecindario. Como la dueña de la casa, Lim, es nacida en un año del cerdo, en Nochevieja ha de llevar algo rojo y... ¡Pues vaya que si lo llevó! Nos mostró unas zapatillas, una bata, dos pares de calcetines y un juego de ropa interior de ese color. Rojo, pero rojo. «La costumbre es llevar algo rojo en esta noche, sobre todo si perteneces al año que entra. Y yo, como he dicho, soy nacida en el año del cerdo».
Hoy, Año Nuevo, los chinos suelen visitar a los padres, tíos y abuelos. Y hay intercambio de regalos y estreno de ropa y peinados.