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Damián Prohens, en 'First Dates': «Disimulé con una sonrisa, sabía que no iría bien»

Damián Prohens, en 'First dates', junto a Carlos Sobera.

| Palma |

Damián Prohens Bisbal, de Campos, divorciado, con tres hijos y empresario de negocios familiares (náutica, comercio y administración de propiedades), estuvo en uno de los programas de First Dates, de Cuatro.

Por lo que vimos, no hubo segunda cita.
— Yo había pedido que me sentaran en la mesa con una mallorquina, pero me pusieron a una vallisoletana, muy amable, y... Pues que cuando Carlos Sobera me presentó a Mercedes disimulé con una sonrisa, pues vi que la cita entre ambos no iría bien. Como así fue.

No hubo ‘feeling', algo fundamental en una primera cita, ¿no?
— Bueno, sí. No saltó esa chispa. Tal vez porque no era el tipo de mujer que buscaba, pues para iniciar una relación me gustan un poco más jóvenes. Por otra parte, la distancia geográfica que nos separa, también influyó, tanto en ella, que no paraba de decir lo de 'De Madrid al cielo', como en mí, que estoy muy arraigado a Mallorca. Pienso también que a ella le frenó saber que tengo tres hijos de 11, 13 y 14 años.

¿Hubo algún impedimento más?
— No sé ella, pero en lo que a mí respecta, sí, los hubo. A mí me gusta salir de marcha e ir de tapas, mientras que ella prefiere la ópera y los conciertos de música clásica...

¿Qué opina de lo que dijo antes de las presentaciones, que esperaba un hombre con dinero para que no se lo pidiera a ella...?
— De eso me enteré cuando vi el programa ya en casa y no me pareció bien. Es un comentario que nunca se debe de hacer y menos en público. Yo, al menos, jamás diría eso de nadie.

¿Cómo ha sido la experiencia?
— Buenísima. En todos los aspectos. Y en cuanto al lugar, tienes la sensación de que estás en un restaurante de verdad, cuando, realmente, es un restaurante que han montado dentro de una gran nave para hacer el programa. Y en cuanto a la cena, pues, tal vez se hace un poco corta, ya que todo es muy rápido. Lógicamente, no todo lo que ocurre en la mesa, se emite. Pero queda muy bien.

¿Hay muchas cámaras?
— Pues no lo sé. Como son tan pequeñas, y están tan bien disimuladas, no las ves. Y más si estás pendiente de la conversación que mantienes con tu cita y de la cena.

¿Tras la cena, la volvió a ver?
— Sí, nos reencontramos en otro lugar. Hablamos un momento y nos intercambiamos los teléfonos. Si ella viene a Mallorca, donde me dijo que vivía su hija, y me llama, la atenderé muy bien.

¿Cómo funciona ‘First dates', desde que sale de su casa?
— Está todo muy bien organizado. Te pagan todos los gastos, dándote dinero para que pagues la cena, incluso la de tu pareja, cosa que hice con mucho gusto, aún a sabiendas de que no habría una segunda cita. Cuando llegas al aeropuerto te están esperando y en un coche te llevan hasta el plató. Te maquillan y esperas a que te digan que entres al comedor, donde te está esperando Carlos Sobera, una persona muy agradable y un gran profesional, igual que Lydia, Matías y las gemelas. Y cuando terminas, te devuelven al aeropuerto para que regreses a casa. Y...

¿Y qué...?
— Pues que si me vuelven a llamar, volveré. Me lo he pasado muy bien y mi teléfono no ha parado de sonar y de recibir mensajes felicitándome.

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