La avispa asiática (Vespa velutina), responsable según los expertos del 90 por ciento de los picotazos por insectos que se producen en las áreas donde habita, puede producir la muerte a personas alérgicas o, en caso de ataque masivo, a aquellas que no lo son y cuya salud es precaria.
Si una de estas avispas ataca a una persona intolerante a su veneno, en pocas horas le puede sobrevenir la muerte, como ocurrió anoche en la localidad pontevedresa de O Porriño, cuando un hombre de 78 años resultó atacado por estos insectos al desbrozar en su finca.
Marcos Negrete, expresidente de la Asociación Española de Apicultores (AEA), ha explicado a Efe que «el año pasado, de cada cien nidos resultaban atacadas unas 15 personas y este año uno de cada dos nidos que retiro es porque las avispas han picado a alguien».
«No es que sean más agresivas, sino que los nidos son más pequeños y están más escondidos», ha asegurado este experto, que el año pasado retiró hasta 200 avisperos en una ciudad de 50.000 habitantes.
Este año, sin embargo, recibe desde que comenzó la temporada -hace 15 días- entre uno y tres avisos diarios y sólo ha retirado de 30 a 40 nidos; «la primavera ha sido bastante mala y ha retrasado casi dos meses la aparición de las avispas».
Por su parte, el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales José Luis Nieves Aldrey ha señalado que este año, «más frío de lo normal», las reinas han puesto los huevos cuando la climatología ha sido propicia y ha habido más mortandad de hembras invernantes.
Ha señalado que la picadura de esta avispa, de tamaño similar al avispón europeo pero mucho más numerosa, «puede ser más dolorosa y sus efectos, como el malestar o la hinchazón, más prolongados, pero no mortal en personas no alérgicas».
Sin embargo, «si esa persona sufriera un ataque masivo, podría enfermar de gravedad e, incluso, morir», ha matizado el experto, que ha transmitido un mensaje de «tranquilidad», porque esta avispa «sólo ataca si se siente amenazada».
En este sentido, ha recomendado evitar los lugares donde anidan y avisar a las autoridades para que pongan en marcha el protocolo de lucha contra esta especie; «ahora es el momento de actuar, pues en invierno no tienen actividad y no se detectan».
Además, «no conviene hacer aspavientos, intentar matarlas o agredirlas, porque en ese caso lanzan una feromona al aire que captan otros individuos de la colmena y se puede producir un ataque en grupo».
Esta especie exótica invasora se comporta «de igual manera» que el resto de avispas autóctonas, pero «preocupa que no tenga depredadores ni competencia con otras especies, lo que ha favorecido su adaptación», ha explicado el científico.
«Tiene preferencia por el clima atlántico, húmedo y templado, sin condiciones invernales muy rigurosas», ha añadido, y por eso tiene mayor incidencia en Galicia, Cantabria, País Vasco y Cataluña y se ha detectado en Navarra, La Rioja, Castilla y León, norte de Extremadura y Baleares.
Marcos Negrete, que se encarga de retirar nidos de Vespa velutina, ha pedido «especial cuidado en esta época, fijarse bien en los arbustos, al mover la leña de las leñeras, el material de jardinería o levantar una arqueta».
Ha lamentado la falta de medios para hacer frente a esta plaga y la «nula preocupación» de la administración estatal, ya que «lo que estamos haciendo sólo sirve para que no piquen, pero no para controlarlas de manera global».
Y ha destacado la amenaza que este insecto depredador supone también para las colmenas, a las que ataca para capturar abejas y alimentar a sus larvas en su fase carnívora.