Su fachada ha sido fotografiada cientos de miles de veces y de ella han escrito desde el New York Times hasta National Geographic. No es para menos, el centenario Forn des Teatre, situado en el carrer Riera de Palma, posee una sobrefachada realizada en madera siguiendo el modernismo catalán de la época. Además de por los paneles de líneas onduladas que enmarcan puertas y ventanas con motivos florales, el horno también fue famoso por sus ensaimadas y sus gatós, sus dos especialidades. En torno al año 2001, con el cambio de inquilinos, la calidad de los productos de pastelería cae estrepitosamente, al tiempo que empiezan a vender productos mallorquines y a servir comidas.
En marzo de 2017 el establecimiento, cuya fachada está protegida, cierra sus puertas como consecuencia de la Ley de arrendamientos antiguos. Ahora, el Forn des Teatre vuelve a ser noticia, ya que el conocido pastisser Tomeu Arbona se ha hecho con el local para instalar allí el Fornet de la Soca. Sin duda una buena noticia para la ciudad y para la gastronomía.
Arbona explica que el actual portal pasará a convertirse en el escaparate principal del Fornet de la Soca. «El interior es muy rústico, se ha restaurado el embaldosado y aprovechado todo lo que hemos podido con poca inversión». Para el pastelero, que ha recuperado recetas perdidas u olvidadas, el Forn del Teatre es «un escenario precioso» para ubicar el Fornet de la Soca, del que mantendrá el concepto y el carácter humano que le ha dado renombre desde su apertura en 2010. El nombre del Fornet de la Soca deberá convivir con el ?intocable? Forn des Teatre del rótulo modernista, «la marca no nos molesta, da prestigio», afirma Arbona.