La compañía juguetera Toys 'R' Us ha cerrado este viernes en Estados Unidos sus tiendas, por las que ha visto corretear a pequeños y mayores durante 70 años hasta que ha sucumbido a las deudas y al comercio electrónico.
Algunas colgaron el cartel de «se alquila» a lo largo de la semana, pero las restantes lo hacían hoy «para siempre», dijo a Efe Amy von Walter, vicepresidenta ejecutiva de comunicaciones globales de la compañía, que busca «oportunidades de venta» para sus filiales en otros países.
El jueves, en sus últimas horas operativa, la gran superficie del Toys 'R' Us de Long Island City, en Nueva York, lucía desabastecida mientras varias familias registraban lo que quedaba a la vista en un pequeño espacio precintado con cintas amarillas de plástico.
«¡He venido a por juguetes, pero está vacío!», manifestó a Efe una vecina del barrio, Holly, que decidió llevarse «cosas del día a día que sean útiles para ahorrar», como pilas o libretas.
La madre de dos niños, de 5 y 14 años, se consideró compradora habitual de la tienda pero admitió que últimamente recurría a internet. «Amazon Prime ha matado a Toys 'R' Us», sentenció.
Entre revistas, peluches y carritos de niño con descuentos del 80 % y el 90 %, otra compradora, Luz, explicó que quería canjear tres tarjetas regalo que no llegó a usar porque «solía venir, pero ahora internet» le resultaba más sencillo para contentar a sus hijos.
Los 182 establecimientos de los que decidió prescindir la cadena en enero no bastaron para evitar la bancarrota, y desde que anunció que echaba el cierre al negocio, en marzo, ha estado liquidando el inventario de sus 735 tiendas, que empleaban a 33.000 personas.
Lastrada por los hábitos de consumo de la era digital, pero sobre todo acuciada por las deudas, Toys 'R' Us se acogió el pasado septiembre a la Ley de Quiebras estadounidense con la esperanza de empezar una nueva etapa, pero acabó escribiendo un punto final.
«Estamos convencidos de estar dando los pasos adecuados para garantizar que las emblemáticas marcas Toys 'R' Us y Babies 'R' Us perdurarán a lo lago de muchas generaciones», sostuvo entonces su presidente y consejero delegado desde 2015, Dave Brandon.
No obstante, en sus documentos para la Comisión de Valores de EEUU, Brandon dejaba entrever la ardua tarea que tenía la firma por delante: cojeaba en frentes que iban desde la condición general de sus tiendas hasta los salarios de sus trabajadores, sin olvidar una clientela vinculada a la decreciente tasa de natalidad.
La mayor traba para Toys'R'Us, según los analistas, es que dedicaba buena parte de sus recursos a pagar a sus acreedores desde que un grupo de firmas de inversión privadas la adquirieron en 2005 por 6.600 millones de dólares, imponiendo altos intereses.
De acuerdo con su información fiscal, bajo la batuta de Brandon sus pérdidas se redujeron de 130 millones en 2015 a 36 millones en 2016. Pero en el acumulado de 2017 hasta octubre, cuando publicó su último informe trimestral en abierto, tras la bancarrota, esas pérdidas ascendían a 953 millones.
A juicio de los analistas, la deuda lastró a la juguetera en el mantenimiento de su competitividad, muy necesaria en el entorno cambiante de un sector donde participan las minoristas Walmart y Target o el ahora gigante del comercio electrónico, Amazon.
Radicada en Wayne (Nueva Jersey), Toys 'R' Us abrió unas 1.600 tiendas en todo el mundo durante sus 70 años de actividad y llegó a emplear a unas 60.000 personas, aunque en el periodo navideño esa cifra se elevaba hasta 100.000.
Fue fundada en 1948 por Charles Lazarus, un joven que reparaba bicicletas en el establecimiento de su padre, en Washington, y a la llegada del «baby boom» abrió una tienda de cunas que acabaría evolucionando en el conglomerado juguetero.
Lazarus falleció el pasado 22 de marzo, una semana después de conocer el cierre y habiendo visto desaparecer en 2015 dos estandartes del país: la tienda de Times Square y la que tenía en la Quinta Avenida la histórica marca FAO Schwarz, propiedad de Toys 'R' Us desde 2009.
El adiós de sus clientes resuena hoy en las redes sociales, donde muchos han presentado sus respetos ante una foto de la mascota de la tienda, la jirafa Geoffrey, despidiéndose con una maleta.
«Supongo que todo el mundo ha crecido, ya no hay más niños Toys 'R' Us», lamenta uno de los mensajes más compartidos.