La universidad está viviendo una transformación total. La presencialidad no sólo no es necesaria ni obligatoria, sino que es una opción que está en caída libre frente a la posibilidad de estudiar a través de internet.
Además, las instituciones académicas privadas se encuentran cada día más cercanas a los futuribles centros de trabajo de los alumnos, y sus convenios de prácticas entablan una relación profesional que simula a la perfección el desarrollo de cualquiera de los puestos laborales que tendrá lugar una vez concluidos los estudios.
No hay que realizar un análisis científico para observar las razones. La flexibilidad que ofrece la formación online la convierte en una opción óptima para adquirir una nueva titulación, en especial para un trabajador que no disponga de la libertad de horario propia de un joven que concluye sus estudios de Bachillerato. Y, a la vez, permite que la disposición y aprovechamiento del tiempo dependa en exclusiva del alumno. Total libertad a la hora de elegir cuándo, dónde, cuánto y durante qué cantidad de tiempo estudiar.
Y es precisamente esta característica la que permite también un nivel más elevado de calidad en el profesorado, dado que en una cantidad importante de ocasiones está conformado por profesionales con una amplia trayectoria, que se encuentran en las mejores condiciones para impartir el saber, tanto teórico como práctico, acumulado en su ocupación laboral durante varios años.
Al contrario de la creencia popular de que los estudios en una universidad privada se caracterizan por un precio elevado, el ahorro es manifiesto. Con el pago de la matrícula, se obtiene todo lo necesario para estudiar. Punto. No se necesita sumar el dinero destinado a la estancia, los desplazamientos, la manutención, o la compra de otros materiales derivados de la actividad académica, por ejemplo.
En lo referente a la comodidad, basta con recalcar que se puede llevar la universidad en el móvil. La velocidad de conexión que permiten actualmente los smartphones, así como su capacidad de descarga de documentos, facilita el acceso del alumno en cualquier momento y lugar. Y, a la inversa, también permite a los docentes mantener un contacto directo y casi personalizado con sus estudiantes. Esto lleva directamente al siguiente punto: la conciliación. La gestión del tiempo y el esfuerzo para completar una de las muchas titulaciones oficiales que se pueden cursar online permite dedicar el conciliar la vida personal y profesional con el desarrollo de los estudios.