Santos Blanco, el que fuera integrante de Locomía, falleció en el anonimato y en una situación de pobreza, según ha informado «La Nueva España», fue encontrado muerto a los 46 años en el Albergue Covadona (institución benéfica adscrita a los servicios sociales asturianos) en su habitación. Nadie conocía su identidad como integrante del grupo Locomía.
En el momento de su fallecimiento el grupo emitió un comunicado en el que se explicaba que «Santos llegó a Locomía en un momento álgido y de gran éxito del grupo. Su aparición fue clave para brillar como nadie en ese inolvidable festival de Viña del Mar en 1992». Locomía añadió: «Su rostro angelical y su cuerpo apasionado por la danza le hicieron inolvidable en este concepto. Por mala suerte, hoy toca despedirnos de un ser único que dejó una huella imborrable». «El cielo se viste de gala para recibir a un ángel que danzará y brillará con luz propia», concluye el comunicado, publicado en redes sociales con un fotomontaje protagonizado por Santos Blanco, quien habría muerto por causas naturales mientras dormía.
Locomía vivió su época de mayor popularidad a finales de los años ochenta y principios de los noventa gracias a sus originales coreografías, una estética rompedora y canciones como Loco Vox, Niña o Loco Mía.