España registró una tasa de crecimiento en volumen de ventas de artículos de lujo durante el último año fiscal del 6,2%, la mayor del mundo, seguida de Francia, del 5,8%, a pesar de la caída global experimentada por los gigantes de lujo, que han contado con un crecimiento del 1%, 5,8 puntos porcentuales menos que en el año anterior, de acuerdo a los datos aportados por la quinta edición del informe anual Global Powers of Luxury Goods 2018 elaborado por Deloitte.
En la edición anterior del informe, España fue el segundo país en crecimiento por cuarto año consecutivo, con un incremento en las ventas del 9,7%, por encima incluso de la media mundial, y solo era superado por Francia, que contaba con un crecimiento del 14,9%.
El socio responsable de la industria de Bienes de Consumo y Distribución de Deloitte, Fernando Pasamón, ha señalado que el mercado del lujo repunta tras periodos de incertidumbre económica y la crisis geopolítica de 2016, acercándose a una cifra de ventas anuales de un billón de dólares a finales de 2017. Además, ha añadido que, a diferencia de en otras industrias, el crecimiento en la industria de los productos de lujo se prevé «constante».
Según Deloitte, las cien mayores compañías de lujo a nivel mundial han alcanzado en total una facturación media conjunta de 2.200 millones de dólares. Las firmas francesas registran mayores ingresos medios, mientras que Italia vuelve a liderar el ranking de países con mayor número de compañías entre las 100 mayores firmas del sector de lujo, con 24 empresas, dos menos que en la edición anterior del informe.
Las compañías españolas, comparadas con las de otros países estudiados, son las más pequeñas, con una media anual de ventas de productos de lujo de 741 millones de dólares. Un año más, la firma de perfumería Puig, la joyería Tous, la Sociedad Textil Lonia (Purificación García y Carolina Herrera) y la marca de relojes Festina Lotus vuelven a entrar en el 'top 100' elaborado por Deloitte.
A nivel mundial, el ranking global vuelve a estar encabezado por el líder de este sector, el francés LVMH Möet Hennessy-Louis Vuitton, con una facturación de 41.593 millones de dólares en el ejercicio anterior, de los cuales 23.447 corresponden a artículos de lujo. Le siguen The Estée Lauder Companies, que sube a segunda posición desde el tercer puesto, adelantando a Compagnie Financière Richemont, ahora en tercer lugar.
No hay grandes cambios en el resto de compañías del 'top ten', completado por las firmas Luxottica Group y Kering, que vuelven a ocupar el cuarto y quinto lugar respectivamente; L'Oreal Luxe, que escala una posición y se sitúa en sexto lugar; The Swatch Group, séptima en el ranking, Ralph Lauren Corporation, que mantiene su posición en octavo lugar; PVH Corporation, en novena posición; y, en último lugar, Chow Tai Fook Jewellery Group, que vuelve a descender puestos por tercer año consecutivo.
Poniendo el foco en el tipo de producto, el informe elaborado por Deloitte señala que el segmento formado por las fragancias y cosméticos tuvo la mejor evolución, registrando el mayor aumento de las ventas, con un crecimiento del 7,6% en su último ejercicio. Su media anual de ventas superó los 3.000 millones durante el año fiscal anterior y ocho de las once empresas de este segmento alcanzaron ventas superiores a los 1.000 millones de dólares.
Las compañías dedicadas a la venta de calzado y ropa de lujo redujeron sus ventas un 0,2%, de acuerdo a los resultados. Tanto las cifras de crecimiento de ventas como los márgenes de beneficios caen por segundo año consecutivo. Las tres principales compañías de este segmento, Ralph Lauren, PVH Corp. y Hugo Boss representaron casi el 40% de las ventas durante el pasado año fiscal.
Por otro lado, los bolsos y complementos conforman el segundo segmento con un mayor incremento de ventas, del 3,4%. Las nueve compañías que integran este subsector están dominadas por las tres más grandes: Luxottica Group, Safilo Group y Kate Spade. De manera conjunta, representan el 82,3% de las ventas. Además, las firmas de joyería y relojes de lujo registraron la tasa de crecimiento de ventas más baja, perdiendo un 4%.