Magaluf fue una de las zonas de Mallorca donde los establecimientos hoteleros y de restauración ofrecieron la retransmisión de la boda entre el príncipe Enrique y la exactriz estadounidense Meghan Markle a través de pantallas gigantes. Además de los turistas de nacionalidad británica, muchos otros extranjeros y residentes aprovecharon para mirar cuanto sucedía en la ceremonia nupcial entre los ya duques de Sussex.
La novia llegaba al castillo de Windsor segundos antes de las 13 horas, pero los primeros clientes del restaurante Godfather's, en la playa de Son Maties, aparecieron a las diez de la mañana para reservar mesa. Así lo confirmaba Juan Benito quien este sábado, como cuando juega la selección inglesa, colgó el cartel de completo. Se vivieron momentos de aplausos, como cuando aparecía la reina Isabel II, de emoción e incluso lágrimas como cuando los novios se besaron.
En el hotel HSM Don Juan, el director, Jesús Moreno, preparó todo el salón para que los huéspedes que lo deseasen pudieran ver la boda mientras tomaban un refresco o charlaban con otros turistas. El pub Prince William decoró su local con banderas y fotos de los contrayentes. En todos los bares de los núcleos costeros de Calvià, los televisores emitían las imágenes de la BBC, mientras cientos de Union Jack ondeaban al viento.
En Palma, una veintena de residentes británicos se congregaron en el hotel Gloria convocados por el Majorca Daily Bulletin, nuestro colega en lengua inglesa, para seguir la ceremonia. Una vez finalizada, los asistentes degustaron un menú a base de galletas con sobrasada, langostinos en tempura, croquetas de jamón ibérico, el tradicional fish and chips, pollo al curry o pastel de zanahorias. En el transcurso del almuerzo, al que asistió Elaine Branaugh, vicecónsul del Reino Unido en Palma, los asistentes brindaron por los contrayentes.
El bartender Lucas de Prado, recién elegido campeón de Balears de gin tonic, preparó este combinado a los asistentes que lo desearon.