Procede de una familia de 16 hermanos y su marido José María, ya fallecido, de otra de 14. Han tenido 18 hijos, 3 de los cuales también han muerto. Aun así, es la familia con más miembros escolarizados de Europa. El viernes 11 de mayo Rosa Pich-Aguilera hablará invitada por el Foro de la Familia de Baleares, de su libro Cómo ser feliz con 1, 2 3...hijos?, escrito hace tres años y que se ha traducido a 20 idiomas. La cita es en el CaixaFòrum de Palma a las 19 horas.
La vida no ha sido fácil para esta mujer nacida en Barcelona en 1965 que, a pesar de todo, tiene un discurso alegre y optimista. La primera hija de la pareja falleció a los 22 años y los dos siguientes, cuando apenas eran unos bebés. «El médico nos dijo que lo mejor era que no tuviéramos más hijos, pero siempre digo que en mi cama no se mete nadie». El matrimonio, supernumenario del Opus Dei, hizo caso omiso de las advertencias y continuó aumentando la familia. «Los hijos son lo mejor que te puede pasar. Son una fuente de alegría. Claro que hay dificultades, pero todo eso se compensa con el amor».
Además de haber perdido a tres hijos, su marido falleció hace poco más de un año víctima de un cáncer de hígado fulminante. «Es cierto que son momentos muy duros; se me ha llegado a secar el lacrimal de todo lo que he llorado, pero lo que me ha salvado ha sido la fe y la familia». Los problemas de salud no acaban ahí ya que cinco de sus hijos sufren cardiopatías, aunque pueden realizar una vida normal.
El mayor de sus hijos tiene 24 años y el más pequeño, 8. «Juampi se fue a estudiar a Corea del Sur cuando cumplió 18 años y la segunda está estudiando la carrera en Madrid y vive con la única abuela que tienen. Los demás están conmigo», relata Rosa.
La familia Postigo Pich-Aguilera habita en un piso de Barcelona. «Es una vivienda de tamaño normal. Hay una cocina con una mesa grande redonda donde nos reunimos para desayunar y cenar, tres habitaciones, una para los chicos, otra para las chicas y la mía. En cada habitación hay literas de cuatro alturas». La separación por sexos también la aplica en la educación de sus hijos. «He leído mucho sobre la educación diferenciada y es la mejor. De hecho, los mejores punteros de Estados Unidos e Inglaterra tienen separación de sexos», afirma convencida Rosa. Para la convivencia diaria, el orden y la disciplina son dos aspectos imprescindibles. «Tenemos unas reglas y el que no las cumple recibe un castigo. Cualquiera no puede hacer lo que le dé la gana. Son pocas reglas, pero de obligado cumplimiento».