Carlos Fuente (Oviedo, 1959) es uno de las máximos expertos en protocolo de España. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y poseedor de un doctorado y varios másters. Actualmente es el director académico de Isemco (International School of Event Management & Communication). Este miércoles estuvo en la Escuela de Turismo de Baleares, donde habló sobre El protocolo y los eventos que nos esperan. Retos para ‘mañana'. Los nuevos perfiles profesionales.
— ¿Hay varias definiciones y tipos de protocolo?
— Profesionalmente el protocolo es un conjunto de reglas escritas, bien por normativa o adquiridas en la tradición, para favorecer las relaciones entre personas. No estoy de acuerdo en que el protocolo sea un conjunto de reglas para la convivencia social, porque eso es la educación.
— ¿Un político sin corbata en un Parlamento es más cercano a la sociedad?
— Depende del contexto. La etiqueta política está evolucionando. Hemos pasado de la rigidez de las corbatas a una cierta condescendencia. Los políticos deben buscar una forma de vestir y comportarse que no desagrade a la mayoría, pero que a la vez favorezca la espontaneidad y el acercamiento.
— Cumplir el protocolo, las buenas formas, ¿puede parecer algo rancio?
— Sí, es así. Desgraciadamente se asocia a lo que divide, a lo que distingue. En el periodismo se utiliza mucho la expresión «romper el protocolo» y le damos un valor añadido que parece que ha superado algo que le ata. Pero la mayoría de los eventos de protocolo que se organizan ya tienen previstas estas acciones, por lo que en realidad no se rompe el protocolo.
— Cambiemos de asunto. ¿Qué pasó en la Catedral de Palma el Domingo de Resurrección?
— No voy a hablar de lo que no sé ni voy a elucubrar sobre las relaciones entre doña Sofía y la reina Letizia. La situación nace de un problema que genera la reina honorífica (doña Sofía), que se equivoca al empecinarse en realizar esa foto con sus nietas. La madre de las niñas, que es la reina de España, no lo olvidemos, no quiere que se haga la foto en ese momento. Ese empecinamiento fue una muestra de mal gusto sorprendente para una persona que ha sido la reina consorte de España durante 40 años.
— La reina Letizia tenía todas las de perder en la polémica.
— Sí, también se equivocó porque tenía que haberlo dejado. La reina Sofía tiene un gran cariño de la gente, pero le costó mucho, y de eso parece que la gente no se acuerda. Aceptar la figura institucional de la Monarquía en estos tiempos es muy difícil. A la reina Letizia hay que seguir dándole tiempo. En su discurso de Coronación, Felipe VI habló de una época de cambio, de una monarquía diferente, y lo está haciendo bien, a pesar de las dificultades. Y la reina Letizia va por ese camino.
(Puedes leer la entrevista completa en el periódico Ultima Hora).