Pavel es un turista estonio que hace poco y de forma involuntaria se convirtió en noticia, al acabar sin saber muy bien cómo en el restaurante de una estación de esquí de los Alpes, a 2.400 metros de altura, cuando él solo quería volver a la habitación del hotel para 'curar' los efectos de una noche de fiesta y excesos con el alcohol.
Según publica la Cadena Ser, en base a una información de La Stampa, el estado de embriaguez de Pavel era tal que totalmente desorientado siguió un camino que le llevó hacia arriba, por la ladera de la montaña, hasta llegar a la estación de esquí cuando lo que él buscaba era su cama.
Una vez en el establecimiento, y creyendo que no iba tan desencaminado como finalmente resultó, se quedó dormido en un banco. Antes intentó abrir la puerta del bar de la estación con la llave de su habitación y, lógicamente, no pudo entrar. Sin saber muy bien cómo finalmente accedió, y cogió dos botellas de agua para paliar la tremenda sed causada por la ascensión.
Las autoridades pasaron horas buscándolo, pero nadie pensó que el turista podría haber ascendido tanta distancia sin llevar ropa adecuada: ni siquiera llevaba botas de nieve.
Horas más tarde y ya más centrado, Pavel fue encontrado por los trabajadores del establecimiento. Ahora se enfrenta al pago de una multa por el elevado coste de su rescate.