Juan Manuel Heredia, un joven de 30 años que con más de 300 kilos se convirtió en el hombre más obeso del país, perdió el título tras someterse en 2016 a un bypass gástrico por laparoscopia, una intervención a la que suma este viernes una operación de cuatro horas para quitarse 20 kilos de piel del abdomen.
La misma zona de quirófanos del Hospital La Inmaculada de Granada a la que entró Heredia cuando pesaba 307 kilos acoge al mismo joven, cerca de dos años después y con casi 200 kilos menos, para avanzar un paso más en la conquista de su nuevo cuerpo.
Su peso convirtió a este joven de Algeciras (Cádiz) en el mayor obeso del país, un título que ha perdido gracias a un bypass gástrico que le ha dejado en los 119 que marca ahora la báscula, de ellos unos 40 de colgajos que se quitará con un nuevo paso por quirófano.
La primera operación, del equipo del doctor Carlos Ballesta, y el cambio de hábitos y alimentación han permitido a este joven reconquistar su vida, una carrera de fondo a la que suma este viernes otras cuatro horas de quirófano.
Se trata de la fase final de un caso «bastante complejo», ha recordado Ballesta minutos antes de que Heredia se someta a una dermolipectomía abdominal, una técnica de cirugía plástica que le quitará cerca de veinte kilos de exceso de piel y grasa del abdomen.
«Con 307 kilos tenía una enfermedad invalidante, diabetes incipiente y un hígado graso, además de estar preso en su propio cuerpo», ha recordado el cirujano encargado de la primera de las operaciones de este joven, que se enfrenta ahora a la fase reconstructiva, una estética que lidera el doctor Javier Herrero.
Este experto en eliminar colgajos y reconstruir zonas del cuerpo ha explicado que su función consiste en terminar el proceso y reconstruir la paleta abdominal del joven.
«Ya está curado desde el punto de vista biológico, toca reiniciar o cerrar el círculo», ha precisado el cirujano que se encarga de eliminar unos 20 kilos de piel sobrante y que, en un plazo aproximado de tres meses, hará lo mismo para retirar los colgajos que el joven gaditano tiene en brazos y muslos.
Se hace en dos fases para balancear la agresión quirúrgica, equilibrar la cantidad de tejido que hay que eliminar con el riesgo de una intervención y la pérdida de sangre, que no puede ser de más de un litro.
La intervención programada superará las cuatro horas de duración, se desarrolla con anestesia de tejidos blandos y servirá además para fijar los tejidos que están ahora sueltos a las estructuras profundas y lograr que el joven tenga «un cuerpo normal y natural», según el cirujano.
La operación se desarrolla en cinco planos de piel, cada uno con un centenar de puntos, por lo que Heredia tendrá en su abdomen más de 500 puntos, la mayoría absorbibles.
El cirujano ha explicado durante la presentación de la operación que el paciente permanecerá en el hospital 48 horas y podrá hacer vida normal en unos quince días.
Heredia ha recordado que el proceso ha sido largo, pero que le ha permitido recuperar el control de su vida, «una vida normal».
«Ahora ya puedo respirar, salir a caminar, sentarme en cualquier lado o ir al cine y a la playa, porque hago una vida casi normal», ha sentenciado Heredia, nervioso por la intervención y feliz por haber dejado de ser el mayor obeso del país.