Una mujer fue expulsada de un vuelo del aeropuerto JFK de Nueva York a la ciudad de Syracuse después de expresar quejas airadas y una manifiesta falta de educación con respecto a otra pasajera del avión. Su delito no era otro que volar acompañada de un bebé.
La víctima de la desagradable situación la inmortalizó con su teléfono móvil minutos antes del despegue y después la compartió en las redes sociales, convirtiéndose en unos hechos realmente comentados y compartidos dentro y fuera del estado neoyorquino.
«Gracias a la encantadora azafata de Delta por no dejar que esta mujer nos intimide», escribió la madre viajera después de lo sucedido.
Según explicaron fuentes locales, la pasajera expulsada accedió la última a la aeronave, quejosa de tener que ocupar la parte del fondo de la misma. Además, al ver que al lado de su asiento había una mujer con su hijo pequeño empezó a maldecir su suerte. No estaba dispuesta a que el llanto del bebé le 'amargara' todo el trayecto.
La madre le pidió que controlara su lenguaje en presencia del niño y la otra pasajera le contestó con un lenguaje aún más soez.
Ante esto intervino una trabajadora del vuelo, indicándole que si lo prefería podía tomar el siguiente vuelo, algo que la enervó aún más, de modo que esta propuesta ya no fue opcional: la invitaron a abandonar el avión, ante la sorpresa de la viajera.
Trató de enmendarlo pidiendo disculpas pero el personal no las aceptó. Al final acabó amenazando diciendo que trabajaba para el gobernador.
No fue una buena idea, pues en verdad trabaja para el estado de Nueva York, y la administración, al darse cuenta del revuelo generado, la ha suspendido temporalmente. La moraleja es clara; en ocasiones ser poco empático y desagradable tiene consecuencias. ¿Será cosa del karma?