Para conocer mejor la ciudad hay que pasear despacio, no mirando siempre de frente ni al suelo, sino que también hay que mirar hacia los lados y hacia arriba. Si uno hace eso, seguro que encontrará cosas que desconocía, incluso las encontrará en lugares frecuentados. Eso es lo que nos pasó el otro día buscando una dirección en Canamunt, barrio viejo, pero que se está remozando a pasos agigantados, sobre todo desde que muchos extranjeros se han fijado en él, en sus viejas casas, algunas semiderruidas pero que, pese al abandono, no han perdido el encanto que tuvieron.
Pues buscando esa dirección recorriendo calles estrechas, en las que los edificios viejos conviven con los construidos sobre otros viejos, descubrimos en sus paredes auténticas maravillas de arte urbano, algunas obras de Soma, conocido como Marc Peris, que nos asombraron, sobre todo las halladas en las paredes de la calle d?en Bosch y del Hostal d?en Bauló, verdaderas maravillas que, incluso no gustándote el arte, te detienes para contemplarlas, pues tienen algo que no poseen otras: el haber nacido en la calle y seguir viviendo en ella, contra calores, fríos, lluvias y alguna que otra nevada, que sí, dejan huella en ellas, y las desgastan, pero a la vez las embellecen, pues no hay cosa más hermosa que lo bello envejecido.
Alejandra Murphy, que es presidenta de la AVV de Canamunt, vive en el barrio; por tanto, lo conoce muy bien. Y conoce, lógicamente, la existencia de esas pinturas, entre otras cosas porque las ve casi a diario. Incluso conoce a la mayoría de sus autores. Alejandra, como casi todo el mundo, sabe que, como el arte de la calle es efímero, pues dura lo que dura el lugar en el que se exhibe, estas pinturas estarán ahí hasta que las máquinas derrumben las viejas paredes sobre las que reposan.
«Es ley de vida. Las casas viejas, en este caso las de nuestro barrio, se tiran para construir otras nuevas, desapareciendo con el derribo lo que hay en sus paredes, como estas bellas pinturas. Pero lo triste es que van a desaparecer porque se van a levantar nuevas construcciones que no disfrutarán la gente del barrio, sino gente con poder adquisitivo, que llega de fuera y que desconoce esta barriada de Palma».