Trinchar el pavo tenía un precio: pasar algunas horas en el coche atrapado en un atasco. El Día de Acción de Gracias, una de las fechas más señaladas en el calendario de la mayoría de hogares norteamericanos, se vive con fastuosas cenas y toda la familia reunida alrededor de la mesa.
Pero año tras año se forman enormes aglomeraciones en las vías de entrada y salida de las grandes capitales en las horas previas a la cena.
Un ejemplo de ello son las imágenes captadas desde el aire de la ciudad de Los Ángeles, donde miles y miles de vehículos tratan infructuosamente de avanzar hacia las casas de sus familiares.
En la noche el efecto de las luces blancas y rojas es de lo más visual. Lo malo de todo esto es que en algún momento deberán regresar, formando nuevamente estas grandes acumulaciones de coches que empequeñecen las nuestras hasta lo diminuto.